Recuerdo aquel día que teníamos más personas de las esperadas para confesarse, no encontraba un segundo sacerdote hasta que usted amablemente me dijo “si, yo voy”. Después supe que ya se sentía a mal. ¡Gracias por su ejemplo! Dios lo tenga en Su gloria

Aunque no tuve el gusto de tratarlo más de cerca, quiero decir de todo corazón GRACIAS sé que de una forma u otra contribuyó positivamente en mis hijos, mi familia y en los lugares donde estuvo, descanse en paz Padre Carlos, envío un abrazo para su familia.

Familia Luz Girón

Padre Carlos! Qué gran bendición que formara parte de nuestras vidas, siempre estará presente en mí la paz, la humildad, la bondad y la serenidad que usted transmitía. Dios lo abrace y lo tenga junto a el gozando del paraíso eterno. Gracias por su presencia, gracias por sus bendiciones y sus palabras. Gracias por ser un gran Padre de la iglesia. Dios le bendiga. Siempre vivirá en nuestro corazón.

Lamento mucho su pérdida, espero que su familia esté muy bien, gracias padre por los momentos que compartiste con nosotros, te vamos a extrañar, con todo mi corazón, tú alumna Ana Paula Aragón Rosas

Dios lo tenga en su Gloria. Gran sacerdote

Siempre en nuestros corazones P. Carlos Orozco aunque poco tiempo coincidimos siempre tenía una sonrisa para todos, siempre inspirando paz y tranquilidad deseamos que ahora que ya se encuentra al lado de Nuestro Señor continúe regalándonos su sonrisa cada que cerremos los ojos y lo recordemos…un abrazo y nuestras plegarias para que su familia tenga mucha luz, fuerza y pronta resignación

Padre santo, Dios eterno y Todopoderoso, te pedimos por el P. Carlos Orozco, que llamaste de este mundo.

Dale la felicidad, la luz y la paz. Que él, habiendo pasado por la muerte, participe con los santos de la luz eterna, como le prometiste a Abraham y a su descendencia.

Por qué Dios siga repartiendo gracias incansables a través de usted y por su gran dedicación, todos los hermanos novicios le encomendamos. Háblele a nuestro amigo Jesús de nosotros !!!

Fue un honor conocer al P. Carlos.
Reconozco el tamaño de la Cruz que le tocó llevar, estoy seguro que la llevó con mucho fe, entrega y dignidad.

Cualquiera podría pensar que el hombre que consagra su vida a Dios podría librarse del sufrimiento y gozar de una vida plena y privilegiada; sin embargo humanamente nos cuesta trabajo entender que no es así, pero me queda claro que la enfermedad que lleva a la muerte puede ser una oportunidad que nos da el Señor para santificarse y ofrecerla generosamente por los demás.

No puedo imaginar el dolor que sufrió, pero si la entrega y el amor de haber entregado su vida por completo a nuestro Señor.

Le pido a nuestro Señor Jesucristo que le conceda al P. Carlos contempla su rostro eternamente y le pido también que a sus familiares y seres queridos le dé consuelo y resignación.

Querida Familia Orozco:
A nombre de la Familia Reyes Ibarra reciban nuestras sentidas condolencias.
Tengan todos la seguridad de que honraremos siempre con gratitud en el corazón al Padre Carlos. Ya descansa en La Paz de Dios nuestro Señor y llega con sus manos llenas de su labor, trabajo, entrega, servicio, amor a su prójimo!
Misión cumplida!! Nos deja su amoroso legado de vida .. “Fiel apóstol, sencillo, humilde y noble!
Un honor su presencia en nuestras vidas.
Los abrazamos!!!

Nos unimos en oración por el eterno descanso del padre Carlos y pedimos que Nuestro Señor envié consuelo y fortaleza a sus familiares. Descanse en paz.

Fue un gran sacerdote en continua lucha por ser cada día más hombre De Dios. Su caridad y acogida bondadosa ganaba los corazones de quienes nos acercamos a él. Un gran ejemplo y una enorme virtud. Interceda por nosotros que aún estamos en la batalla diaria. «Dale, Señor, el descanso eterno, y luzca para él la luz perpetua. Descanse en paz. Así sea.»

A los familiares del Padre Carlos Orozco: ante todo mis más sinceros pésames. Me dolió mucho su partida, sobre todo porque tuve la gracia de tratarlo en 1988 en Roma. ambos fuimos sacristanes, y nos dedicábamos a tener todo en orden y limpio para que los Padres pudieran celebrar las misas con dignidad y amor a Jesucristo. Más tarde, estando en la ciudad de México, estudiando yo Derecho Canónico, platicamos en pocas ocasiones. Pero siempre lo recordaré como un grande y sencillo sacerdote. Fue él quien me convenció de usar el Kiindle para leer libros, cosa que hasta hoy sigo con su consejo. Tengo la certeza de que Dios le ha asignado un lugar especial en el cielo para él. a todos sus familiares una oración sincera por ustedes, para que abracen con amor esta pérdida. Que su fe en la Resurrección se fortalezca y sus lágrimas sean una sublime oración agradable a Dios.

Agradezco al P. Carlos su ejemplo de sencillez y entrega humilde. Pude convivir con él en Roma y siempre me admiró su ecuanimidad, su delicadeza y su disponibilidad. Un servidor entregado y abnegado que sin duda alguna coronó su sacerdocio con el ofrecimiento fecundo de su enfermedad. Descanse en paz.

Cuando llegué a Roma, era mi orientador acádemico y me ayudó muchísimo. Eramos compañeros en la ordenación de 1994. Nos dio siempre un ejemplo tremendo de la caridad y la servicialidad. Fue un superior excelente y paciente en Los Angeles. Llevó su cruz del cáncer con mucha sencillez y humildad. ¡Cuánto le vamos a echar de menos!

Estimado en Cristo, P. Carlos,

Que descanse en la paz de su Señor. Agradezco mucho su ejemplo de alegría y sencillez evangélica desde que le conocí en Roma en sus prácticas apostólicas en la parroquia…

Cuente con nuestras oraciones…

Querido P. Carlos: Usted ya descansa en la Paz del Señor después de varios años de luchas, penas, dolor, incertidumbres y esperanzas. Su sacerdocio, de manera particular en esta última estadía, estuvo signado por la cruz y el dolor; y fue a través de esa luz misteriosa y oscura que su alma fue adquiriendo un brillo único y vivo que a todos nos transmitía una inmensa confianza y paz. Ahora ya ha recibido la corona de la vida. Le pido que interceda ante Dios por la Iglesia, la Legión y por todo este mundo que tanto necesita. ¡Gracias por su testimonio constante de santo legionario de Cristo!

Tuve la gracia de ser compañero de noviciado con el P. Carlos. Siempre me acompaño su sonrisa, silencio y vida en Dios. Gracias por el ejemplo recibido, que marca y nos ayuda a ser los sacerdotes que tenemos que ser.

Gracias Señor por la vida religiosa sencilla, humilde y serena del P. Carlos. Todos podíamos acercarnos a él sabiendo que encontraríamos una persona amable y atenta, dispuesta siempre a tender la mano a quien lo necesitara. Acoge en tu Reino a tu servidor bueno y fiel, y por su intercesión ayúdanos a imitarle en su entrega a ti.