Entrevista a Tammy Grady, consagrada del Regnum Christi, sobre su labor pastoral en Dallas, Texas.
Presentamos una entrevista a Tammy Grady sobre la labor que realiza en la diócesis de Dallas (USA). Tammy es canadiense y tiene 19 años de vida consagrada en el Regnum Christi.
¿Podrías contarnos un poco sobre el apostolado que estás realizando en Dallas?
He tenido la gracia de trabajar con jóvenes y profesionistas de la sección del Regnum Christi en Dallas desde hace nueve años. Ha sido una experiencia maravillosa permanecer en la misma localidad por un periodo de tiempo más prolongado, porque me permite conocer mejor la realidad, a cada persona e involucrarme en la diócesis.
Desde hace tres años he tenido la oportunidad también de colaborar a tiempo parcial en la oficina vocacional de la diócesis de Dallas. En mi experiencia, la unión entre el trabajo vocacional en la diócesis y la pastoral de jóvenes adultos en la sección del Regnum Christi ha sido una “matrimonio” fecundo, porque se alimentan mutuamente.
Aunque mi trabajo a nivel diocesano está relacionado a la oficina vocacional, me ha permitido conocer a muchas jóvenes que quizás no están discerniendo una vocación, pero buscan crecer en su vida espiritual y tener oportunidades apostólicas. He podido encaminarlos hacia grupos de estudio, apostolado, oración, etc. y esto me ha abierto el horizonte de trabajo pastoral en muchos otros campos, no solamente en el discernimiento vocacional.
¿Cuál ha sido tu contribución específica como consagrada en esta área? ¿Cómo te sientes sirviendo en la iglesia local?
Trabajar en la oficina vocacional me ha permitido conocer y trabajar muy de cerca con el obispo, muchos sacerdotes diocesanos, religiosas, mujeres consagradas de otros movimientos, agentes de la pastoral de la juventud y de universidades, escuelas católicas, hombres y mujeres que participan en las parroquias y otras entidades católicas. Ser parte del equipo de trabajo del Centro de Pastoral Diocesana me facilita ayudar espiritualmente en la vida de muchas jóvenes que, de otra manera, nunca hubiera conocido.
De un modo particular, este Año de la Vida Consagrada, ha sido ocasión para trabajar desde dentro de la estructura diocesana, y contribuir a que la iglesia local pueda comprender mejor nuestra vocación, que es distinta a la vocación religiosa, pero igualmente bella y entregada.
¿Qué aspectos del carisma del Regnum Christi sobresalen en esta misión y en tu experiencia?
Veo que el carisma del Regnum Christi florece ante la posibilidad de trabajar en la nueva evangelización, con muchas oportunidades para ayudar a los jóvenes en su crecimiento espiritual a través de retiros, peregrinaciones, dirección espiritual, círculos de estudios y nuevos proyectos apostólicos. Sea dentro del Regnum Christi o a nivel de formación de los laicos y participación diocesana, las personas se convierten en “amigos de Cristo y apóstoles de Su Reino”.
El Regnum Christi tiene un hermoso carisma que ofrecer a la Iglesia universal, pero en Norteamérica es importante estar en sintonía con la iglesia local, para darnos a conocer a aquellos que no están familiarizados con los movimientos eclesiales.
¿Y cómo se da este trabajo en la relación con las otras ramas del Movimiento y otras realidades eclesiales?
Estar así de involucrada en la vida diocesana me permite mantener mis oídos y ojos abiertos para trabajar en equipo con las otras ramas del Movimiento, y también con otros grupos. Esto me ha llevado a vivir más profundamente el espíritu de familia dentro del Movimiento, cultivando a la vez un sentido de aprecio y respeto mutuo hacia otros grupos y entidades en la Iglesia.
Estoy convencida de que el Regnum Christi necesita trabajar junto con las estructuras diocesanas si queremos verdaderamente dejar que el Espíritu Santo “desate” el carisma que tenemos que ofrecer a tantas almas que están sedientas y buscando una renovación de su fe.