«Piedra sobre Piedra»
Santos Andrés Dung-Lac, presbítero, y compañeros mártires
Oración preparatoria
(para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ser un amigo tuyo equivale a ser hombre o mujer de oración. Te pido la gracia para saber retirarme del ruido de mis inquietudes para poder escuchar tu voz en mi interior. Sólo así podré realizar mi vocación bautismal, sólo así podré llevarte a Ti y a tu Evangelio a los demás hombres. ¡Enséñame a orar, Señor!
Evangelio del día
(para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: «Día llegará en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido».
Entonces le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?».
Él les respondió: «Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico. Porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin».
Luego les dijo: «Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre. Aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles».
Palabra del Señor.
Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio
(te sugerimos leer esto que dijo el Papa)
«Jesús dijo: “Esto que ven, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida”. Naturalmente le preguntan: ¿cuándo sucederá esto?, ¿cuáles serán los signos? Pero Jesús dirige la atención de estos aspectos secundarios – ¿cuándo será?, ¿cómo será? – la dirige a las verdaderas cuestiones. Y son dos:
Primero: no dejarse engañar por falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor.
Esta alocución de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el Siglo XXI. Él nos repite: “Miren, no se dejen engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre”.
Es una invitación al discernimiento. Esta virtud cristiana de comprender dónde está el Espíritu del Señor y dónde está el mal espíritu. También hoy, en efecto, hay falsos “salvadores”, que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este mundo, santones, también brujos, personajes que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos pone en guardia: “¡No los sigan!”. “¡No los sigan!”.» (S.S. Francisco, Ángelus del 17 de noviembre de 2013).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hacer una reflexión sobre los libros, series de televisión, películas que ordinariamente veo, ¿son una ayuda para crecer en el amor a Dios y a los demás? ¿Qué debo cambiar para que mi tiempo de esparcimiento y descanso sea constructivo?