Miércoles 25 de noviembre- Estamos en manos de Dios.
Oración preparatoria
(para ponerme en presencia de Dios)
Espíritu Santo, Dulce huésped de mi alma, Tú eres mi Consolador, el que me asiste, el que me ilumina y guía. Ayúdame para que esta oración sea el medio para poner en el centro de mi vida y de mi actividad la Palabra de Dios que me indica la senda de la vida, y me revela los secretos de la santidad.
Evangelio del día
(para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Los perseguirán y los apresarán, Los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir y contradecir ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus propios padres, y hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida».
Palabra de Dios.
Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio
(te sugerimos leer esto que dijo el Papa)
«El segundo aspecto nos interpela precisamente como cristianos y como Iglesia: Jesús preanuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán padecer, por su causa. Sin embargo asegura: “Pero no perecerá ni un cabello de su cabeza”. ¡Nos recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios!
Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más en Él, en la fuerza de su Espíritu y de su gracia.
En este momento pienso y pensamos todos, hagámoslo juntos, pensemos en tantos hermanos cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe. ¡Hay tantos! Quizá más que en los primeros siglos. Jesús está con ellos. También nosotros estamos unidos a ellos con nuestra oración y nuestro afecto. También sentimos admiración por su coraje y su testimonio. Son nuestros hermanos y hermanas que en tantas partes del mundo sufren a causa de ser fieles a Jesucristo. Los saludamos de corazón y con afecto.» (S.S. Francisco, Ángelus del 17 de noviembre de 2013).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, voy a dar un tiempo adicional a mi oración para contemplar la cruz como un símbolo de amor, un símbolo que me dice algo a mí cada vez que la veo.
«Saben bien quienes se dedican con asiduidad a la oración, cómo aparta del pecado y cómo invita al ejercicio de las virtudes.»
(Orígenes, Tratado sobre la oración)