El P. Eamon Kelly, L.C., es uno de los responsables del Pontificio Instituto Notre Dame de Jerusalén. Nació en Irlanda pero ha estado trabajando apostólicamente en Alemania fundando la Legión de Cristo allí, y en otros países como Austria y Hungría. Después estuvo en Estados Unidos (en Manhattan, Kentucky, Arizona…) Hasta que finalmente llegó a la Tierra Prometida. Su trabajo es la hospitalidad: acoger. Dado que el Centro Notre Dame «cuenta con un personal muy profesional», explica «no necesito ocuparme mucho de aspectos técnicos, más bien ofrecer el trato sacerdotal, los sacramentos, animar a los peregrinos en el camino espiritual de la peregrinación a través de variados contactos con ellos…”. Y uno de esos muchos aspectos en los que está implicado es la relación interconfesional con cristianos, judíos y musulmanes. Ahora que estamos celebrando la semana de oración por la unidad de los cristianos, el P. Eamon nos explica su experiencia al respecto en Tierra Santa.
P. Eamon, estamos en la semana de oración por la unidad de los cristianos, ¿ha organizado Notre Dame de Jerusalén alguna actividad a lo largo de estos días?
En particular no, pues los eventos tienen lugar en las iglesias de las diversas confesiones cristianas, por ejemplo el Santo Sepulcro, el Patriarcado Latino, el Cenáculo y la Iglesia Melquita.
En general estamos siempre en «semana de unidad» en Notre Dame y Magdala, pues allí confluye gente procedente de todas las confesiones y es lo más normal en un día ordinario de semana que nos encontremos sirviendo a protestantes, ortodoxos, armenios, e incluso de otras religiones.
Además, las personas que trabajan en Notre Dame provienen de familias de diversas confesiones y así convivimos constantemente con todos. Es muy raro el día en que solo tratamos a católicos en Notre Dame y Magdala, creo que nunca nos pasa. Todo lo contrario a mi experiencia en Irlanda, de niño y joven, donde sólo conocí una persona no católica en mis primeros veinte años de vida. ¡O quizás dos o tres como mucho!
Si hay un sitio especial para que el ecumenismo y el diálogo entre cristianos es justamente Jerusalén, la cuna del cristianismo. ¿En qué participan los legionarios de Cristo y los miembros del Regnum Christi que viven en Notre Dame en este diálogo?
Como ya he explicado, es una vivencia ecuménica e incluso inter-religiosa a diario. Y esto es muy importante, pues es un continuo aprendizaje para adaptarse al otro y aprender a convivir y a testimoniar este gran respeto que se debe a cada persona por ser hecha a imagen y semejanza de Dios mismo.
Acogemos diversas actividades explícitamente ecuménicas e interreligiosas de manera bastante regular. En estos días se han hospedado algunos armenios, que son los últimos en celebrar la Navidad en Jerusalén por el diferente calendario que usan. Ellos aprecian mucho que mantengamos las decoraciones navideñas hasta que ellos llegan a celebrar la Navidad.
También, hace unos meses tuvimos varias actividades de relevancia para conmemorar el 50 aniversario de la declaración del Concilio Vaticano II Nostra Aetate.
Creo que hay algunos encuentros regulares entre judíos, musulmanes y cristianos
Participamos en varios grupos y encuentros de carácter ecuménico e interreligioso. Y efectivamente, últimamente se añadió otra iniciativa de oración mensual por la paz en la Puerta Jaffa. Allí nos juntamos representantes del Judaísmo, el Islam y cristianos para un breve rato de convivencia espontánea. Luego, en grupos de religión, rezamos por la paz.
Magdala también es un punto de encuentro con otras religiones. De hecho, a la inauguración asistieron judíos y musulmanes también…
En Magdala, cada día es un paso hacia la unidad de los cristianos. Ayer, por ejemplo, hubo un grupo de pastores de diferentes iglesias cristianas venidas de Alemania. Después, un grupo austriaco similar, y más tarde dos colegios baptistas de Minnesota y Kansas. Ciertamente se vive aquello que dijo Jesús: «que sean uno como nosotros somos uno” (Jn 17, 22-23).
El 6 de enero vinieron 74 pastores de las Asambleas de Dios. Nos pidieron desde su máxima autoridad que les diéramos una explicación especial. Nos alegra mucho abrir nuestros brazos para dar a todos la bienvenida y lo aprecian mucho. Se abren los corazones. Suelo decir que se reduce algo la ‘inflamación de las heridas’ del cuerpo de Cristo con estas experiencias ecuménicas en Magdala, y lo mismo dígase del aspecto inter-religioso.
Magdala, sobre todo a partir del descubrimiento de la sinagoga del siglo primero, es ya un punto de referencia y un lugar de encuentro de la historia judía y cristiana. Y esto es relevante para todos los cristianos. Cuando se usaba esta sinagoga, fue frecuentada por los que eran discípulos de Jesús sin las divisiones actuales entre metodistas, luteranos, calvinistas, coptos, etc.
¿Qué significa para usted, como sacerdote católico, desarrollar su tarea pastoral en Jerusalén, en Tierra Santa?
Me ha encantado ser sacerdote en todas partes en las que he servido al Evangelio, pero de manera máxima aquí. Me encanta. El encuentro con tanta diversidad humana nos proporciona una visión transversal de la humanidad. Esto implica que uno no se puede ‘dormir’ en el trabajo. Nos exige y estruja continuamente. Uno no se puede acostumbrar. «Hacerse todo a todos», como nos animó San Pablo, reviste una gimnasia humana y espiritual constante en estos lugares.
No se puede pisar tierra ni piedras aquí sin que la Biblia te esté constantemente hablando y narrando sus capítulos. Por todas partes hay recuerdos de la actuación divina y de la presencia de Jesucristo.
Después de trabajar tanto tiempo en Europa central y en algunas partes de USA, uno percibe con frecuencia una resistencia cultural fuerte a lo religioso y entonces da la impresión de que el sacerdote puede parecer un ser superfluo. Sin embargo, a los pocos días de estar aquí, esta barrera parece derretirse silenciosamente, se abren los ánimos y se entablan las más fantásticas conversaciones. La Tierra Santa es un recurso óptimo para tratar los síndromes del relativismo. “Si la Evangelización inicial se originó aquí, ¿podremos prescindir de estas tierras para la Nueva Evangelización?”, suele preguntar nuestro director, el P Juan Solana, L.C.. Es también mi experiencia.
Para mayores informes sobre Notre Dame de Jerusalén y el Centro Magdala:
www.notredamecenter.org
www.magdala.org
Fuente: Lo+RC