El P. Fernando Pascual LC es oriundo de Barcelona, España. Ingresó a la Congregación de los Legionarios de Cristo a los 18 años. Fue ordenado sacerdote en 1994. Hoy se desempeña como profesor de Filosofía y Bioética en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma) donde lleva más de 25 años al servicio de Dios en la educación.
Recientemente, mediante un vídeo (que se puede ver al final del presente artículo), compartió brevemente en el sitio RomaLC sobre su experiencia como profesor de los religiosos Legionarios de Cristo, seminaristas diocesanos y religiosas de diversas congregaciones. A continuación la transcripción de los puntos de la entrevista.
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¿Cuál es la misión de un profesor en el contexto eclesial?
P. Fernando: La Iglesia sirve a la humanidad según el mensaje de Cristo, y el mensaje de Cristo llega a los hombres en todas sus dimensiones. Una dimensión muy importante es la dimensión de las ideas, porque gracias a las ideas el hombre dirige sus actos, sus comportamientos, comunica a la sociedad, acepta una idea de justicia o de injusticia, va cambiando los modos de ver e imaginarse a las personas, tiene una idea del matrimonio, de la familia, elabora una ética, una bioética… entonces, un profesor legionario quiere contribuir en la tarea de la Iglesia de evangelizar la cultura que era uno de los grandes retos que puso el papa Pablo VI; fue uno de los grandes mensajes del papa Juan Pablo II y, de un modo muy particular, también es uno de los mensajes del papa Francisco que quiere llegar al hombre de hoy con modos nuevos de comunicación: usando una terminología directa (la cual él habla de un modo muy expresivo), usando fórmulas concisas, comprensibles para todos, de modo que el mensaje de Cristo de verdad pueda tocar más corazones y a través de la interiorización de esas verdades pueda cambiar y crear una sociedad o, lo que llamaría de nuevo volviendo a la idea de Pablo VI, una civilización del amor.
¿Qué significa para usted contribuir en la formación de futuros sacerdotes?
Pues es la tarea más importante, porque si Cristo llega a los hombres encarnado y continua su encarnación a través de estos hombres que son llamados por él a la vocación sacerdotal, trabajar en la formación de sacerdotes significa trabajar en aquellos que Cristo ama más. Entonces es una de las tareas más hermosas que hay en la Iglesia, porque tienen un futuro inmenso. El otro día estaba hablando con un compañero, que trabaja en el seminario Mater Ecclesie con estudiantes también del Ateneo Regina Apostolorum, y me decía en tal diócesis están éstos padres… en tal otra diócesis están estos otros padres, entonces uno va llegando a muchísimos lugares del mundo y al ser parte de la formación intelectual filosófica-teológica, uno llega a lugares donde jamás se imaginaría que podría llegar.
Por último, ¿qué mensaje les compartiría a nuestros amigos y familiares?
A los que son familiares y conocidos de los hermanos estudiantes de Roma, de los legionarios jóvenes, yo les invitaría a que les sigan apoyando con sus oraciones, con su cercanía. Porque todo sacerdote, todo seminarista y todo religioso tiene detrás una familia que lo apoya. Y a los que no tienen familiares aquí (en este Centro de Estudios), a los que son nuestros amigos o a los que han caído aquí providencialmente, les pediría una oración: que pidan por nosotros para que seamos de verdad esos hombres de fe que lleven el evangelio a todas las sociedades. ¡Y muchas gracias!