El sábado 16 de diciembre, en la Basílica de San Pablo Extramuros de Roma, tendrá lugar la ordenación sacerdotal de legionarios de Cristo de este año. Son cuatro los que en este momento están directamente relacionados con España: el P. Miguel Subirachs, LC, nacido en Barcelona, y los padres que están en nuestro territorio ejerciendo ya su ministerio diaconal: Nicolás Núñez, en Madrid, Edwin Pereira en Barcelona, y Wagner Campopiano en Valencia.
LomásRC ha entrevistado a los cuatro, y hoy publicamos la entrevista al P. Subirachs, cuyo testimonio también puedes leer aquí.
¿Cómo ve su vocación a las puertas de su ordenación sacerdotal?
Hay cierto respeto y asombro ante el don y la responsabilidad que conlleva, la verdad. Pero también hay mucha confianza. La felicidad y plenitud vivida durante estos años de formación, con todo lo que hemos vivido, y el testimonio de mis hermanos, consagrados y consagradas y legionarios ya sacerdotes que se entregan a su misión de cara a Dios, llena de confianza. Ojalá Dios me conceda una vida de fidelidad y entrega siguiendo cada día más de cerca a Jesús.
¿La mies es mucha y los obreros pocos, ¿no le preocupa que haya tanto trabajo?
La verdad, no mucho. Me gusta trabajar y trabajar bien. Pero no estamos sólo para el trabajo. También estamos para ser… Mi vida toma sentido cuando se convierte en entrega y ofrenda consciente a Dios y vivir con Él más allá de lo que haga o del trabajo que haya. La otra cara de la pregunta es si no me preocupa que haya pocas vocaciones. Y la respuesta es tampoco. Dios sabe más. A mí me toca responderle y buscar que otros encuentren el diseño de Dios para sus vidas que les llevará a ser felices.
Usted ya fue miembro del ECYD, toda una vida desde joven vinculada al Regnum Christi, y ahora sacerdote legionario, ¿cómo ve esa mano de Dios guiándole hasta este día?
Han sido tantas gracias, tantos dones, tantas bendiciones en los rostros de los seglares, de mis hermanos legionarios, de las consagradas y consagrados que hacen la mano de Dios muy certera en medio de los claroscuros de la vida. Presencia divina que se hace real y que invita a asumir una responsabilidad, un pasado, una misión común. Sí me gustaría insistir que la invitación no es antojadiza, de un Deus ex machina, sino que antes me ha acompañado y dado cantidad de gracias por adelantado. Personalmente, percibo a Dios como un gran pedagogo.
¿Cómo está viviendo el proceso de renovación?
Completamente confiado en Dios e involucrado en ella, desde el lugar que me toca: en mi misión y mi responsabilidad.
¿Cuál es próximo destino?
Estoy colaborando en un Centro Vocacional de la ciudad de México. El Centro Vocacional es un seminario menor donde los jóvenes con inquietudes vocacionales cursan sus estudios curriculares mientras disciernen su vocación. Somos una comunidad de 6 formadores acompañando a 53 jóvenes de bachillerato. Es una encomienda que me queda muy grande pero que a la vez percibo como un privilegio. Por una parte, la Iglesia y la Legión me encomienda su tesoro más preciado que son las vocaciones menores. Digo tesoro porque de estos muchachos salen grandes sacerdotes como tantos legionarios o como el mismo Cardenal Velasio de Paolis, de grata memoria, que también fue seminarista menor de su congregación. Y por otra parte, las familias confían en nosotros para que ayudemos a crecer a sus hijos en virtud y en sabiduría custodiando el don que traen en su corazón.