El domingo 19 de noviembre se celebró la I Jornada Mundial de los Pobres que tuvo como lema «No amemos de palabra sino con obras». El papa Francisco escribió en su mensaje para ese día: «Estamos llamados, por lo tanto, a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma».
El Santo Padre presidió la celebración eucarística en la Basílica de San Pedro en la que participaron cerca de 7000 personas necesitadas. Terminando el Ángelus, 1500 personas se quedaron para una comida ofrecida por el papa Francisco en el Aula Pablo VI, y los demás fueron distribuidos en diversos centros, uno de los cuales fue el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y la Universidad Europea de Roma, que acogieron para la comida a 260 pobres.
El P. Jesús Villagrasa, LC, rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, comentó: «Nuestras universidades aceptaron con gusto la petición del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, que de este modo nos ha ofrecido la oportunidad de abrir nuestras puertas y corazones para practicar una obra de misericordia. Las capellanías de las dos universidades lograron convocar a más de 60 voluntarios, entre alumnos, profesores, familiares y personal administrativo y secretarial, que con alegría y generosidad les han servido la comida y han reunido víveres de primera necesidad para destinar a asociaciones que habitualmente cuidan a personas necesitadas». Radio Vaticana realizó una entrevista al padre Jesús Villagrasa sobre el significado de la Jornada Mundial de los Pobres en la vida universitaria.
El P. Sebastián Rodríguez, LC, asistente del vicerector administrativo del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, comentó: «Este pequeño gesto es parte de la tercera misión de la universidad; a saber: además de la enseñanza y la investigación, el servicio a la sociedad. Esta es una de las mil formas posibles, algunas más académicas otras más materiales, de nuestro servicio».
El P. André LaSana, LC, participó en este encuentro y comentó: «Cuando transitamos las calles de la ciudad encontramos a muchas personas pobres. Con algunas entramos en contacto, pero muy brevemente. Este encuentro me permitió convivir más tiempo con estas personas, poner un rostro y un nombre a la realidad de la pobreza que en la calle se ve de lejos».