La noticia del traslado del noviciado en España, de Salamanca a Madrid, se dio a conocer hace unas semanas con una carta del P. Carlos Zancajo, L.C., director territorial de los legionarios de Cristo y del Regnum Christi en España.
Para ahondar en este tema, Lo+RC habló con el rector-instructor del noviciado, el P. José Félix Mediana, L.C., que, aunque siente tristeza por el cierre de una casa en la que durante más de 60 años se han formado los novicios y religiosos de la congregación, también es verdad que valora la cercanía a Madrid, “lo que nos permite estar a media hora de todas nuestras obras y colegios, facilitando también las posibilidades de hacer apostolado y conocer más directamente la vida del Regnum Christi y que nos conozcan a nosotros”.
¿Se cierra una etapa o se abre otra?
Se cierra una etapa local, geográfica, de este noviciado que ha acogido a los novicios durante 60 años, pero hay una continuidad con el primer noviciado de los legionarios de Cristo que comenzó en México, luego vino a España, a Comillas y después a Cóbreces; y, después en 1950 se trasladó a Roma. Y en 1958 pasó a Salamanca. Es un noviciado que, con el tiempo, ha cambiado de sede, pero es la continuación del primer noviciado de la congregación, que ahora va a Reajo del Roble.
Y es verdad que se inaugura una nueva sede, un paso muy importante, pues se encuentra en el centro geográfico de España y donde más jóvenes de otras partes de España podrán venir a conocernos.
Por otro lado, hay tener en cuenta que el noviciado de Salamanca es un edificio demasiado grande para albergar solamente a ocho novicios, pues fue construido para formar a más de 200 seminaristas: entre novicios, humanistas y formadores.
Es una noticia triste, pero también nos ayuda a ser desprendidos y mirar hacia adelante, ¿no cree?
Ciertamente, tiene un punto de tristeza. Yo fui novicio aquí, hace 50 años. Aquí hemos aprendido del P. Rafael Arumí, que fue toda una institución en la fundación de esta casa; del P. Carlos Mora, del P. Jorge Cortés, del P. Juan Manuel Dueñas, del P. Jesús María del Delgado y de tantos sacerdotes legionarios que fueron formadores en este noviciado. Y recordamos a numerosos legionarios que se han formado en Salamanca.
Tristeza también, porque aquí, en Salamanca, queda el Regnum Christi compuesto por un grupo de señoras, numerosos párrocos y catequistas que nos han acompañado, el obispo, religiosas y sacerdotes conocidos que quedan entristecidos por nuestra partida. Pero esa tristeza se convertirá en gozo, porque no significa que no haya vocaciones; es un traslado para fundar en la provincia de Madrid con la esperanza de que vendrán las vocaciones. Son caminos inescrutables, pero son la Providencia de Dios.
¿Por qué nos decantamos por Reajo? ¿En qué les va a ayudar a los novicios el vivir en Reajo?
Es importante que se vea como una casa-hogar que dé sentido de familia. El noviciado de Salamanca para ocho o nueve personas era demasiado grande. Una casa de espiritualidad con 20 habitaciones, capilla, biblioteca, comedor, cancha de juego… nos da más garantías de unidad y de convivencia. Además está en la Sierra, con zonas verdes y montaña, lo que nos ofrece posibilidades de otro tipo. Es Madrid provincia, pero no es la ciudad, lo que nos permite estar a media hora de todas nuestras obras de apostolado y colegios, facilitando también el apostolado y la colaboración directa con el Regnum Christi.
La verdad es que para muchos miembros del Regnum Christi, Reajo también tiene una connotación afectiva muy grande… ¿Qué le sugiere esto?
Que es una forma de cuidarlo y acrecentarlo. Son dos edificios; el pequeño pensábamos habilitarlo para grupos y visitas, para que puedan pasar unos días con nosotros. Yo también fui fundador de Reajo en 1974, cuando tuvimos el primer cursillo del Regnum Christi para jóvenes, al cual asistió, entre otros, el P. Ferrán. Reajo también ha sido un lugar de retiros e incorporaciones para numerosos miembros.
El P. Zancajo comenta en su carta que una de las virtudes del cambio es la pastoral vocacional que se puede desarrollar aquí. ¿Cómo ve este tema?
Todas las actividades apostólicas que hacíamos de Salamanca las podemos hacer en Reajo: catequesis en los pueblos de alrededor, fines de semana vocacionales, atención pastoral a nuestros colegios, trabajo en el ECYD, colaboración con los CAVs, a quienes podemos invitar al noviciado para que nos conozcan… Tener una casa más pequeña no significa tener menos actividades.
Es importante mantener el espíritu de recogimiento y oración que es propio del noviciado, y también el apostolado propio de nuestro carisma. Pensamos bajar a Madrid un día a la semana para colaborar en los colegios, para trabajar en la pastoral vacacional y apoyar a los laicos del Regnum Christi.
Me gustaría hacer una invitación a todos los miembros del Regnum Christi: ¡que vengan a vernos, que no nos vean como los eremitas del monte! Nosotros acudiremos a Madrid a todos los actos que podamos: ordenaciones diaconales, ingresos en la vida consagrada, etc., porque somos parte parte de la vida del Regnum Christi en la localidad de Madrid.
Ustedes vienen de una realidad de una iglesia local grande como Salamanca, y ahora se insertan en unos pueblos de la Sierra y de otra diócesis. ¿Cómo afecta esto en su relación eclesial?
Tenemos todos los permisos desde el punto de visto eclesiástico, tanto de Salamanca, donde monseñor Carlos López nos despide y ha estado esta semana visitando el noviciado, como de Madrid, pues don Carlos Osoro nos recibe en su diócesis. Por otro lado, he hablado con los párrocos de Navacerrada y Collado Mediano, que es realmente en esta última localidad a la que pertenece Reajo del Roble, para ponernos a su disposición y para que cuenten con nosotros en lo que podamos para servir al pueblo de Dios. Queremos ser un signo de comunión eclesial. Es una sensibilidad y un deber nuestro.