El P. David Boix, LC, nació el 11 de abril de 1934 en Crevillente, provincia de Alicante. Ingresó al Noviciado de la Legión de Cristo, por primera vez, en Roma en el verano de 1953. Meses más tarde le diagnosticaron una oclusión intestinal y emitió su profesión de votos in articulo mortis. Poco tiempo después tuvo que salir de la Congregación por su delicado estado de salud.
Logró curarse pero para ese momento ya había perdido contacto con la Legión de Cristo. Ingresó entonces al seminario de la Arquidiócesis de Barcelona y el 17 de septiembre de 1961 fue ordenado sacerdote. Fue párroco de la Sagrada Familia en Barcelona, España.
En los años 80 volvió a escuchar sobre la Congregación. Gracias al papá del, hoy, P. Xavier Carné, LC, retomó contacto con la Legión de Cristo.
En 2008 expresó su deseo de volver a ser legionario de Cristo, y en 2009, con 75 años, solicitó el permiso al Cardenal-Arzobispo de Barcelona, Luis Martínez Sistach, para volver a ser religioso. El cardenal acogió su petición. En ese mismo año ingresó al Noviciado que en ese entonces se encontraba en Salamanca, España.
Al llegar al Noviciado, contaba el P. David Boix, LC: «Lo primero que hice fue mirar el “Christus Vita Vestra” y me conmovió hondamente. Entré en la capilla y me dirigí hacia el presbiterio; muy emocionado me arrodillé y besé el suelo». Enseguida se encontró con algunos hermanos y les dijo: «Soy el P. David, pero tratadme como a un hermano, ésta es mi ilusión; vengo para aprender».
El 12 de septiembre de 2010 emitió sus votos. El 27 marzo de 2012 el Card. Velasio de Paolis recibió la profesión perpetua del P. David Boix, LC.
En 2014 el P. David Boix, LC, fue trasladado a Roma para fungir como confesor en el Colegio Internacional de la Congregación, donde en la mañana del 14 de febrero de 2020 falleció.
El sábado 15 de febrero se celebró la misa de cuerpo presente, presidida por el P. Christopher Brackett, LC, quien agradeció a todos los que estuvieron pendientes del P. David Boix, LC, durante estos años y en sus últimos momentos.
En la homilía, el P. Eduardo Robles-Gil, LC destacó la alegría del P. David y se preguntaba «¿cómo queremos que nos recuerden, cómo hombres alegres? Ha estado girando un video en el que el Padre nos recuerda que lo importante es ser santos; ojalá nos recuerden por esto».