«La coherencia y la fidelidad a la causa de Cristo no son virtudes improvisadas, sino que requieren ser profundamente conscientes de las implicaciones humanas, espirituales, psicológicas y morales de una vocación a la vida consagrada. Su causa trasciende, interpela e invita a decidirse y dedicarse al y por el servicio del reino de Dios. En este servicio, las convicciones personales y los compromisos comunitarios son un don que se experimenta en la gracia de la conversión» (El don de la fidelidad. La alegría de la perseverancia – Orientaciones, CIVCSVA).
Del 12 al 17 de octubre, se llevó a cabo de manera virtual – debido a la contingencia sanitaria mundial – el curso de capacitación para nuevos superiores locales. Participaron 30 superiores legionarios de Cristo de México, Estados Unidos, Alemania, España, Argentina, Chile, Brasil, Austria, Italia, Polonia y Tierra Santa.
La dinámica del curso de capacitación constó de conferencias, un momento al final de cada día día para que los superiores legionarios de las diversas partes del mundo compartieran en grupo sus impresiones sobre las conferencias; el jueves se tuvo una hora eucarística y, el último día, una puesta en común acompañada de las conclusiones del curso.
Los temas tratados durante estos días fueron:
- Perfil y misión del superior: P. John Connor, LC.
- La formación permanente: P. Juan José Arrieta, LC.
- Salud psicológica: P. Víctor de Luna, LC.
- Plática con Mons. Jorge Patrón Wong, secretario para los seminarios de la Congregación del Clero
- La pastoral de ambientes seguros: P. Gerardo Flores, LC.
- La formación afectiva y el trato del sacerdote con la mujer: Marta Rodríguez, Consagrada del Regnum Christi
- Nociones de derecho canónico y archivo: P. Jaime Rodríguez, LC.
Los nuevos superiores tuvieron también la posibilidad de reflexionar en dos documentos de referencia: “El don de la fidelidad”, de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), y el “Manual del superior local”.
Para el P. Peter Devereux, L.C., el curso le hizo pensar inicialmente, “¿cómo voy a meter esto en mis actividades de la semana?”; sin embargo, anota el padre: “conforme se fue desarrollando a lo largo de la semana, caí en la cuenta de que esto era más importante que cualquier otra cosa que tuviera que hacer en la semana. Las presentaciones fueron muy profesionales, prácticas y profundas. Me llamó la atención que otro de los padres participantes, en tono de broma, llegó a decir ‘¡necesito algo así cada seis meses!’”.
Por su parte, el P. Michael Brisson, L.C., organizador del curso, comentó que “el superior local debe ver su encomienda como su primera misión, aunque tenga otras responsabilidades en su vida. Tiene que ser un padre, un hermano y que disponga de tiempo, de espacio psicológico necesario para estar presente con sus hermanos”.