“Cuando el Papa, en ‘Christus vivit’, habla del discernimiento, habla de la conciencia cristiana, permitiendo que crezca su profundidad. El Papa habla de dos miradas de Cristo: una dirigida a Dios y otra a los hombres. Esas dos miradas son las que hacen que un hombre o mujer se configuren en Cristo: siempre centrados en Dios y en los hermanos”.
Estas han sido las palabras del arzobispo mexicano Jorge Carlos Patrón Wong, secretario para los Seminarios de la Congregación del Clero, en la presentación online del libro ‘Discernimiento vocacional. Claves para el acompañamiento según san Juan de Ávila’ (Monte Carmelo), del sacerdote Enrique Tapia, legionario de Cristo.
“El primer ámbito del discernimiento es la vida personal”, ha continuado Patrón Wong animando, asimismo a “integrar la propia realidad de la vida espiritual, de tal modo que la vocación no quede encapsulada en un ideal abstracto, como una mera práctica alejada del corazón de la persona”.
Asimismo, ha recordado las palabras del papa Francisco en cuanto a que, en la vida religiosa “no se trata de ser funcionarios, sino de acoger en el propio estilo de vida la orientación que quiere Dios en el aquí y el ahora”. Por otra parte, ha explicado que el otro ámbito del discernimiento “es el que coincide con la mirada que tiene Jesús hacia los hermanos”. “Todo discernimiento debe leerse en clave misionera. La misión no es simplemente una parte de la vida, ni un apéndice de la existencia. Para un cristiano se conjuga como ‘yo soy misión, nosotros somos misioneros’”.
Candidatos idóneos
De hecho, esta comprensión cristiana del discernimiento “nos libra de toda auto referencialidad, porque se vive totalmente desde la entrega”. Por otra parte, ha destacado que “el discernimiento no depende solo del que es llamado, porque la vocación debe ser confirmada y la misión de la Iglesia consiste en cuidar el nacimiento, el discernimiento y desarrollo de todas las vocaciones”.
Por este motivo, la Iglesia “ha de cerciorarse de la idoneidad de los candidatos”. En este sentido, la obra del padre Tapia “nos hace ver la importancia de comprobar la intención de los que quieren entrar en la vida consagrada. Hay que confirmar que existe un llamado divino, no un autollamado, por lo que es importante buscar la idoneidad, rectitud de intención y libertad de la persona”.
Por su parte, Juan Esquerda Bifet, profesor emérito de la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma, ha destacado que este libro puede ser de gran ayuda por la forma en la que retoma la figura de san Juan de Ávila. “Por mucho que sea una figura histórica, hay que actualizar sus enseñanzas porque tienen un legado evangélico importante”, ha señalado. “Basta ver en san Ignacio de Loyola que sus ejercicios espirituales son actuales ahora como entonces”, ha apostillado.
El legado de Juan de Ávila
En este sentido, Esquerda ha aseverado que san Juan de Ávila “nos ha legado una herencia evangélica que nosotros debemos recibir, enriquecer y legar al futuro”. “Hoy es muy importante el discernimiento vocacional, porque dura toda la vida, no solo para saber si tenemos vocación, sino para saber cómo la correspondo, cómo puedo ayudar a otros”. Así, el libro, para el profesor y sacerdote, tiene un gran mérito, y es que “resume muy bien el tema del discernimiento. Y nos va a ayudar a actualizar los temas que lo conciernen”.
Por último, el autor del libro ha explicado que este es fruto de “varios años de trabajo con personas que disciernen su vocación”, hombres y mujeres que buscan la forma de responder a la llamada. Y, para ello, “Juan de Ávila me ha enseñado mucho sobre la importancia de la oración, pero también insiste mucho en el factor de la libertad. Es algo para él muy importante, insistiendo mucho en la necesidad de acercarse libremente y de forma madura”.