El 19 de marzo, Solemnidad de San José, en la parroquia Inmaculada Concepción en la ciudad de Santa Tecla (El Salvador), Mons. Santo Rocco Gangemi, Nuncio Apostólico de El Salvador, ordenó sacerdote al P. Juan Carlos Arias, LC.
Cada año se reúnen en Roma todos los Legionarios de Cristo del mundo que se han preparado para ser ordenados sacerdotes. En esta ocasión, debido a la pandemia, las ordenaciones se están realizando en el país de cada uno de los ordenandos. Por razones de seguridad, a la parroquia solo asistieron los familiares, amigos más cercanos del P. Juan Carlos Arias y algunos miembros del Regnum Christi de El Salvador.
La ceremonia se transmitió en vivo desde la página de Facebook de los Legionarios de Cristo de México y Centroamérica y se retransmitió simultáneamente en las páginas Facebook de: Regnum Christi El Salvador, Regnum Christi México y Centroamérica, Legionarios de Cristo Territorio de Monterrey, Regnum Christi Territorio del Norte de México, Catholic.net y Somos RC.
El Nuncio Apostólico Santo Rocco Gangemi, inició su homilía haciendo referencia a la alegría que experimentaba en ese momento el ordenando, sus familiares, así como todos los presentes, que debe compartirse con la fiesta litúrgica del día: la solemnidad de San José, patrono de la Iglesia.
Mons. Santo Rocco Gangemi dijo al ordenando: “en pocos momentos por la imposición de las manos y la plegaria consagratoria, Juan Carlos Arias recibirá el mismo sacerdocio de Cristo y por la gracia que viene de lo alto se transformará en un Alter Cristus, es decir, otro Cristo en medio de nuestra sociedad”.
Para Mons. Santo Rocco, no se pudo haber escogido un día más acertado para la ordenación, que el día en que se conmemora al “Santo Patriarca y patrono de la Iglesia Católica, quien está llamada a seguir la huella de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote”; pues al ver la vida de San José, se puede evidenciar que cada vocación no depende de los méritos del hombre, sino más bien de una iniciativa libre y gratuita de Dios. Dijo que cada vocación es un camino en el cual podemos contar y confiar con Dios que dispone de nosotros y que en cierto sentido tiene necesidad de nosotros. “Esta necesidad que luego hemos interpretado como nuestra colaboración con Dios, para algunos se transforma en una vocación, en una llamada a ser colaboradores específicos del plan de salvación de Dios. A esta colaboración ha sido llamado nuestro hermano Juan Carlos”. Así también han sido llamados todos aquellos hombres y mujeres sobre los cuales se ha posado la mirada de Jesús, sobre todo aquellos que han escuchado al Señor cuando les ha dicho: «¡Sígueme!», dijo el Nuncio.
Mons. Santo Rocco también le expresó al P. Juan Carlos Arias que, él en su ministerio debe ser visto y apreciado como “Padre Amado”, así como “el Papa dice que la grandeza de San José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús” y que por esa trayectoria fue amado a lo largo de la historia. Agregó que el sacerdote es imagen de la ternura de Dios, por eso no es un ministro enfadado, disgustado o molesto, sino un padre que ama y que se hace amar. Lo invitó a aprender a escuchar, a tener paciencia y a ir a la búsqueda de quien se haya extraviado a lo largo del camino, pues ésta es una acción que tiene su fuente en el amor de Dios. Además, dijo que como sacerdote deberá ser padre en la obediencia, igual que San José.
El mensaje del Nuncio para el P. Juan Carlos se centró en el amor de Dios, y en cómo, en adelante, uno de sus compromisos será el de ser testimonio de ese amor. Fue claro en decir que inicia para él un gran desafío: “no acabará de ser hijo y comenzará a ser padre”, con todo y las responsabilidades que esto conlleva. Pero que en la respuesta que más tarde él daría a la última de las preguntas de la ceremonia, que es: «Sí quiero, con la gracia de Dios», radica el secreto para un sacerdocio exitoso y que esa frase debe acompañarlo siempre.
Para finalizar, el Nuncio confió al P. Juan Carlos Arias, LC, quien fue desde pequeño miembro del ECYD en El Salvador, a la maternal protección de la Virgen María, para que siempre le haga sentir su cercanía y generosamente lo bendiga a lo largo de su ministerio sacerdotal, mismo que le deseó: cansado de días y lleno de frutos.
En el rito de la ordenación, luego de la imposición de las manos, sus papás lo revistieron con los nuevos ornamentos, inmediatamente después fue ungido con el Santo Crisma.
Al finalizar la celebración, el P. Alberto Simán, LC, director territorial de los Legionarios de Cristo en México y Centroamérica, y originario también de El Salvador, agradeció al Nuncio por el don de un nuevo sacerdote y dirigió un mensaje de felicitación al P. Juan Carlos, en el cual expresó que, al conocerlo desde su juventud, la característica que más le llamó la atención, fue su profundidad espiritual. A sus padres dijo que, a pesar de que el proceso fue difícil para todos, ese día Dios les dio un gran regalo; porque es siempre Él, el que llama al corazón de los jóvenes.