Del 26 de abril al 1 de mayo se realizó en Roma, en la sede de la Dirección General de los Legionarios de Cristo, la reunión anual sobre la asignación de la misión.
Participaron los miembros del Gobierno General de los Legionarios de Cristo, los directores territoriales y los rectores de las casas de formación de Roma.
«Venir a Roma es una gracia muy grande, poder convivir con los directores territoriales para compartir los grandes desafíos de la Legión y reflexionar sobre ellos», comenta el P. Cleomar Ferronato, LC, director territorial de Brasil.
Esta es la modalidad que se sigue para efectuar la asignación de los religiosos en formación:
- De diciembre hasta abril se recogen las necesidades pastorales de los territorios. Se tienen reuniones con el responsable de la asignación de la misión para entender las prioridades y el plan de evangelización del territorio.
- En marzo se concretan las peticiones de los territorios.
- En marzo y abril los religiosos que salen a prácticas apostólicas y al primer periodo de ministerio contestan un formulario que responde a las propias expectativas, necesidades y deseos de cara a la futura misión. El rector habla con cada religioso y revisan el formulario.
- En abril los rectores y el delegado de las casas de formación de Roma, junto con el consejero general responsable de la asignación de la misión ven las misiones que son compatibles con las necesidades de cada hermano.
- Por último, entre abril y mayo se tiene la reunión de asignación de personal con el director general, los consejeros, los directores territoriales y los rectores de las casas de Roma. Durante estos días los directores territoriales presentan una visión del territorio en la que se busca entender el porqué de las propuestas que se hacen. Se compara la propuesta de parte de los rectores con las necesidades del territorio y se va asignando una misión a cada religioso.
El proceso es interactivo y complejo, pues se toman en cuenta muchos factores: el superior de la comunidad, cómo es el ambiente en el que trabajará, la carga de trabajo, el mentor (religioso asignado para acompañar al hermano), la composición de la comunidad, etc. El bien del religioso es lo principal.
«Creo que en todos había la conciencia de la importancia de la asignación de un destino y el deseo de ofrecer la mejor misión para nuestros hermanos: buscamos discernir dónde cada uno puede desarrollar mejor la misión conforme a su personalidad, historia y necesidades. No siempre es fácil conciliar las necesidades de los varios territorios con la escasez de personal, pero hubo dos elementos que me animaron mucho: el primero es saber que por atrás de nuestra colaboración está la mano de Dios y el segundo fue el constatar una vez más la disponibilidad de nuestros hermanos que acogían las consultas con mucha fe», comenta el P. Savio Zanetta, LC, rector de los religiosos en formación de la Dirección General.
«Durante estos meses he vivido con mucha ilusión y expectación este proceso de la asignación de la misión de cara al inicio de mi ministerio. Es un momento que, de uno u otro modo, todos los religiosos en formación anhelan. He encontrado en los superiores, tanto a nivel local como general, un auténtico deseo de discernir cuáles eran mis deseos y posibilidades, y a la vez las necesidades y prioridades de la Legión. Voy con un espíritu de aprender de mis hermanos el arte del apostolado y de contribuir a la misión de la Iglesia y la Legión según los dones que el Señor me ha dado. Que María me acompañe”, comenta César Tobón, LC, religioso en último año de formación.
Las reuniones en Roma concluyeron con la visita al Colegio Internacional de los Legionarios de Cristo, en donde se convivió con los religiosos que se encuentran en esta casa de formación.