Durante once años, el P. Konstantin Ballestrem, L.C., ha sido instructor de novicios. En las siguientes líneas expresa, junto con el P. Sylvester Heereman, L.C., sus pensamientos sobre el futuro de la pastoral vocacional de los legionarios de Cristo en Alemania.
Desde 2010 el noviciado de los legionarios de Cristo en Alemania estaba bajo la guía del P. Konstantin Ballestrem, L.C. En retrospectiva, dice: «Lo que me produjo el mayor gozo como instructor de novicios fue experimentar, cuántas cosas el Espíritu Santo hace en el alma de cada uno para sacar a la luz la vocación». Después de once años de trabajo en la pastoral vocacional en Alemania habla en esta entrevista, junto con el P. Sylvester Heereman, L.C., de sus experiencias como director espiritual de jóvenes en discernimiento hacia el sacerdocio, como también de su propio camino vocacional; responden también a preguntas relacionadas a los cambios en la sociedad, la Iglesia y al futuro de la promoción vocacional en Alemania.
P. Konstantin, dentro de poco cambiará de la ciudad de Bad Münstereifel a Königstein. ¿Por qué asumir ahora una nueva misión pastoral en el Regnum Christi de Alemania?
P. Konstantin: En nuestra congregación, los instructores de novicios son nombrados a tiempo indeterminado, mientras que a otros oficios se es nombrado por un período de tres a seis años. Por tanto, como pueden ver, a los instructores de novicios no se nos limita ese horizonte. Quizá sea porque en la tradición de la Iglesia corre el dicho de que “con el tiempo un instructor de novicios va mejorando”. De todos modos, después de un cierto tiempo un cambio siempre viene bien. Queremos crear en Königstein un lugar en el que las personas encuentren un hogar espiritual, donde puedan hacer la experiencia de una espiritualidad cristiana y de comunión con otros, como también participar en cursos de formación y programas de evangelización. De hecho, deseo ya dedicarme a la nueva misión que me han confiado mis superiores.
Después de la preparatoria y unos semestres de estudio de la carrera de Derecho, Ud. ingresó a la congregación de los legionarios de Cristo. Pero ¿de qué manera acabó siendo instructor de novicios?
P. Konstantin: En aquel entonces fui formador en Roma, cuando un día participaba en una reunión de formadores con el Director General, quien fue también miembro de este mismo equipo de formadores… cuando él entró, dijo que habría algunos cambios de personal en diversas naciones. Así fue, como en 2010, me tocó tomar el oficio de instructor de novicios, fui el primer legionario de Cristo de habla alemana que recibía este encargo. Tomé el relevo de las manos del P. John Luxbacher, LC, y regresé a una casa que se encontraba muy bien cuidada. En efecto, unos años antes había hecho allí mis prácticas apostólicas como asistente del instructor de novicios. Estaba muy agradecido por ese encargo de poder ayudar a nuestros hermanos jóvenes en su camino vocacional, porque ya como asistente me había gustado servirles en su formación. Además, siempre había apreciado los tiempos comunitarios de oración, la posibilidad de hacer adoración y el firme reglamento de la jornada en nuestras casas de formación.
¿A cuántos novicios ha acompañado durante ese tiempo en su camino hacia el sacerdocio?
P. Konstantin: En total fueron 78 novicios, algunos duraron unas semanas, otros meses, otros se quedaron los dos años enteros hasta la profesión religiosa. De estos, 29 aún están con nosotros y, este año, los primeros de ellos serán ordenados diáconos. Para mí es hermoso ver cómo están llegando a esa meta. Lo que me produjo mayor gozo, como maestro de novicios, fue vivenciar cuántas cosas el Espíritu Santo hace en el alma de cada uno para sacar a la luz la vocación. También el ejercicio de la paternidad espiritual, algo muy hermoso para un sacerdote, me deparó un gozo especial, y esto lo he podido vivir directamente en el noviciado. Mi reto más grande fue trabajar y averiguar con jóvenes, que no lo sabían con certeza, lo que sí era una vocación y lo que no, procurando en cada caso que eso mismo saliera a la luz. Para que se aclare esto, hace falta que el acompañamiento espiritual sea muy diligente y perseverante, también para que el joven se sienta bien y esté en paz con ello.
Para los legionarios de Cristo una formación esmerada y sólida, a la altura de los tiempos, juega un papel central. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es sufragada exclusivamente por donaciones y de parte de bienhechores. ¿Cuál ha sido su experiencia con eso en el día a día del noviciado?
P. Konstantin: En todos estos años, como instructor de novicios, los hermanos y yo siempre nos maravillábamos de la generosidad de tantos hombres que nos apoyan. De vez en cuando les leía a los novicios las cartas de unos bienhechores – sea anónimamente o, si conocían a las personas, también mencionando su nombre y apellido –, en las que se veía cuánto les importaba a estos hombres la formación de los futuros sacerdotes, cómo estaban rezando constantemente para que llegaran a ser sacerdotes sólidos, encaminados hacia la santidad y cuánto los bienhechores apreciaban nuestro trabajo sacerdotal en el mundo de hoy. Eso les ayudó mucho, a los novicios, a estar motivados, porque notaban que a los hombres les importaba mucho que se formasen bien. Una cercanía espiritual especial a las personas se percibía durante las novenas rezadas en el noviciado. Para un novicio que está en camino hacia el sacerdocio significa mucho poder interceder por otras personas.
El traslado a Alzgern (cerca de Altötting) en el año 2014 ha sido un gran reto para nuestra comunidad del noviciado. Debido al crecimiento de la escuela apostólica de Bad Münstereifel se había hecho necesario. En esta fase hemos experimentado a menudo, cómo nos guió y ayudó la Providencia, precisamente a través de nuestros bienhechores. De tal manera que hoy día la casa de oración y de encuentro se amplía para ser un centro espiritual viviente del Regnum Christi en Baviera, una Casa de Apóstoles, en donde están trabajando más sacerdotes que durante el tiempo del noviciado. También en eso vemos la Providencia, porque estos lugares estables de experiencia y de renovación de la fe, como tales centros espirituales, han llegado a ser importantes. Eso lo experimentamos una y otra vez: Ahí donde vivimos los sacerdotes o las consagradas del Regnum Christi en comunidades estables según nuestra vocación, vemos que también podemos ser personas que preparan y acompañan el camino de comunidades de fe en crecimiento. Estos centros espirituales son llevados principalmente por los laicos cristianos del Regnum Christi.
La sociedad y la Iglesia están cambiando y en nuestros tiempos se realizan ajustes notables, pero también hay brotes nuevos. ¿De qué manera se adaptan los legionarios de Cristo a esa situación? ¿Qué significa eso para la formación de las nuevas generaciones de sacerdotes?
P. Konstantin: En los últimos años ha cambiado notablemente la formación que damos a los candidatos para el sacerdocio. Ante todo, se ha vuelto más personal. Hemos retocado sus métodos, por lo cual se requiere más discernimiento por parte del instructor de novicios; humanamente, eso causa también más fatiga. Hoy, por ejemplo, la propia convicción es puesta en primer plano, porque de ella proceden costumbres buenas y profundas que ella misma también debe nutrir en todos los campos de la vida religiosa y sacerdotal.
Unos tres años atrás, nuestra congregación cambió su plan general de formación con miras a las nuevas generaciones: Se prefiere que los novicios hagan su noviciado en el propio territorio, que es la razón por la cual hay menos personas que vienen de paises como México o los Estados Unidos.
¿Qué desarrollos ve usted en los jóvenes que hoy piensan en una vocación a la vida religiosa o al sacerdocio? ¿Son diferentes que en los tiempos en los que entraste al noviciado? ¿Están fuertemente marcados por la vida de fe que han llevado anteriormente?
P. Konstantin: En los 25 años que han pasado, ha cambiado mucho desde que yo mismo recibí mi formación, también en la cultura de nuestra sociedad que va marcando a los jóvenes. Los jóvenes piensan por más tiempo si realmente quieren entrar en una congregación, comprometerse para siempre a la vivencia de los tres votos evangélicos o también si pueden asumir esto, permaneciendo fieles. Esto es un tema que continuamente va surgiendo.
También muchos aún no están en grado de hacer esas decisiones, porque traen consigo un gran número de asuntos no solucionados, pendientes, como por ejemplo diversas llagas del pasado, o hay áreas en su psique y en el corazón que aún no han madurado o no han sido sanadas.
Tradicionalmente lo que llamamos nuestro «candidatado», un período que precede la entrada al noviciado, dura bastante poco, aunque el noviciado dure luego dos años. Por eso pienso que tiene sentido instituir una fase anterior, en la que los jóvenes pueden, por ejemplo, convivir con una comunidad de apostolado. En nuestras casas de apóstoles ellos deberían de tener la oportunidad de experimentar una comunidad de apostolado de religiosos y de sacerdotes, que los acompañe en su servicio pastoral y en su vida de oración, de manera que vayan experimentando de modo práctico e inmediato qué es eso de la vida religiosa. Al mismo tiempo deberían de tener una vida de oración asidua, un acompañamiento espiritual periódico y recibir asistencia en su discernimiento vocacional. Además, podrían estudiar o también colaborar en el apostolado. Un período de este tipo, que en la vida religiosa también se llama «postulantado», quiere ser nuestra respuesta a la realidad, a partir de la cual los jóvenes de hoy vienen a encontrarnos.
¿Cuáles son las perspectivas con respecto a la entrada de nuevas generaciones a la vida religiosa de los legionarios de Cristo en Alemania?
P. Konstantin: En los últimos años el número de vocaciones provenientes de países de habla alemana ha permanecido estable, de uno a tres novicios cada año, pero eso no es suficiente para mantener un noviciado en funcionamiento de modo razonable. Por eso, a partir del Otoño habrá un noviciado europeo en Madrid con un instructor de novicios de habla alemana, el P. Nikolaus Klemeyer, LC. Me parece que esa es una respuesta adecuada y buena a la situación global. Aprecio mucho al P. Nikolaus, el cual, con mucha competencia, me ayudó como asistente del noviciado en los años 2016 a 2019. Eso hace posible que se dé una sana continuidad en la formación de los novicios.
P. Sylvester, desde otoño del año pasado trabajas en la Casa de Apóstoles del Regnum Christi en Alzgern. Ante todo das pláticas y ejercicios espirituales para adultos jóvenes. Durante su tiempo como Vicario general en Roma y más adelante en el consejo general de los legionarios de Cristo su área de competencia fue la formación de las nuevas generaciones de religiosos ¿Es verdad que las personas jóvenes de hoy requieren un acompañamiento espiritual más intenso antes de que entren en el noviciado?
P. Sylvester: Percibo el hecho, de que también nosotros, como comunidad, estamos luchando por conseguir vocaciones y, sentimos la llamada del Señor que nos pide reflexionar sobre nuestra manera de trabajar con los jóvenes. Tenemos que preguntarnos siempre si les ayudamos a descubrir lo que es vivir con Jesucristo, entrar en profundidad y en la libertad de una vida vivida como discípulo de Él y tener la experiencia de una comunidad de fe.
¿Qué significa esto para el futuro de la pastoral vocacional de los legionarios de Cristo en Alemania?
P. Sylvester: Ante todo queremos fortalecer las bases que sirven de fundamento para el llamado a una vida consagrada, es decir lo que acabamos de mencionar como acercamiento al discipulado. Desde hace tiempo estamos dirigiendo nuestros esfuerzos hacia esto: en nuestra labor con los jóvenes, con el centro vocacional, con nuestra propuesta para los jóvenes de dar un año como Colaborador del Regnum Christi. Pero la entrada al noviciado representa un corte profundo. Porque a partir de allí el novicio vivirá un estilo de vida totalmente nuevo, al cual, por un lado, uno se debería preparar progresivamente y, por otro lado, este no corresponde plenamente al futuro ministerio sacerdotal, que es una vida bastante activa y se desarrolla en colaboración con las consagradas y laicos. El noviciado en cambio está marcado por un estilo de vida monástico porque quiere ser una experiencia de desierto que realmente permita comprobar el llamado. Pero no es bueno entrar inmediatamente en esa experiencia, sin haber experimentado antes si uno quiere realmente vivir la vida de un legionario de Cristo como más tarde se da en la realidad.
La centro vocacional de Bad Münstereifel existe desde 2008 y se entiende como un lugar de discernimiento para jóvenes que posiblemente sienten la llamada al sacerdocio. ¿Qué desarrollos ve Ud. ahí?
P. Sylvester: Bad Münstereifel seguirá siendo para nosotros un lugar importante de discernimiento y aclaración vocacional. Ahora hay 35 jóvenes que forman el alumnado. Este verano han llegado tantos muchachos nuevos como nunca antes. Cuando hablamos de «vocaciones» no pensamos automáticamente ni exclusivamente en «novicios». Ante todo, vemos que también hoy Dios toca a personas jóvenes y los llama a un seguimiento según su edad. Por supuesto, esto resulta ser un camino muy largo e individual; pero a partir del momento en el que el primer curso terminó la preparatoria (2012), hemos podido ver que el centro vocacional le había dado a cada uno un un bagaje de elementos muy valiosos para su camino.
El P. Konstantin ha hablado de un postulantado que los legionarios de Cristo ofrecerían a los jóvenes antes del candidatado y del noviciado ¿Cómo se configuraría este?
P. Sylvester: El postulantado abarcará aproximadamente nueve meses, durante el cual los interesados vivirán, por ejemplo, en una de nuestras Casas de Apóstoles, pudiendo convivir así en una comunidad activa de los legionarios de Cristo y experimentar, por así decirlo, el resultado final de la formación: la vida de un legionario de Cristo tal cual es. Pero lo harán aún siendo laicos, sin disciplina religiosa y sin abandonar el contacto periódico con los propios círculos de amigos y familiares. El postulantado tendrá una forma propia, con más tiempo dedicado a la oración, colaboración en el apostolado, tiempo para el estudio de temas relevantes para la vocación, con experiencias especiales como peregrinaciones y misiones, se irán conociendo comunidades en otros países, porque somos internacionales y esto nos marca. Por supuesto también juega un papel importante el acompañamiento espiritual periódico en el que se afronta la pregunta de la vocación. Ofrecemos unos primeros cursillos para aprender el idioma de nuestra congregación, el español, pero lo hacemos permaneciendo en nuestra propia cultura. Además, la congregación misma puede comprobar si el interesado encaja bien y puede salir adelante. En el caso de que después de estos meses los jóvenes sientan: “¡Sí, eso es lo que quiero! ¡Quiero vivir así!”, entonces pueden entrar al noviciado con buenos fundamentos y seguridad.
El discipulado y el postulantado son propuestas nuevas, pero también concretas, son ayudas para los jóvenes para que puedan descubrir su vocación. Por lo demás, corresponde a una actitud realista abrir un noviciado europeo, lo cual sucederá ahora, este otoño.
¿En dónde ve Ud. la conexión entre el ser discípulo, apóstol y una posible vocación a la vida religiosa o al sacerdocio?
P. Sylvester: Hay que ser un discípulo para poder llegar a ser un apóstol. El discípulo es alguien que escucha al Señor, que tiene una relación personal con él, que, estando en comunidad, vive con Cristo y le sigue, es alguien que busca participar de la vida de Jesús y quiere dejarlo entrar en su propia vida. A ello va unida la disponibilidad de apoyar una comunidad cristiana y el deseo de compartir con ella.
Como cristianos, todos nosotros estamos llamados a ser discípulos del Señor y a ser sus apóstoles, es decir a vivir la fe de modo más intenso y de actuarlo de tal manera, que el camino de seguimiento de Jesucristo de nuevo llegue a ser atractivo para la gente joven. Sólo a partir de esta tierra de cultivo la invitación del Señor a una forma especial de seguimiento en la vida consagrada y también eventualmente en el servicio sacerdotal puede ser reconocido como don, puede ser apreciado y libremente abrazado.
¡Gracias por esa conversación!
Las preguntas fueron realizadas por Rüdiger Sornek, Angelika Knauf y Karl-Olaf Bergmann y la entrevista fue publicada originalmente en alemán para el sitio web del Regnum Christi.y la Legión de Cristo del territorio de Alemania.