«A Cyclist Spirituality – Spiritual lessons learned from riding a bike» («Espiritualidad de un ciclista – Lecciones de espiritualidad aprendidas al andar en bicicleta»), es el título del libro recientemente publicado por el padre John Bullock, LC, un texto que nos invita a encontrar desde el ciclismo un motivador para la disciplina en el trato con Jesús.
¿Quién es el P. John Bullock, LC?
Crecí en Houston, Texas, y soy hijo único. Mi madre es originaria de Austria y mi padre, ya fallecido, de Texas. Se conocieron en Houston y viví allí la mayor parte de mi infancia.
Desde que tenía 11 años, recuerdo haber pensado en el sacerdocio pero no descubrí a los Legionarios de Cristo hasta poco después de la universidad. Entré a la Legión en 1992 en Cheshire, CT, pero como sé hablar alemán, llegué a hacer mi noviciado en Alemania, posteriormente mis estudios de humanidades en Salamanca (España) y mis prácticas apostólicas en Alemania y Polonia.
Recibí la ordenación sacerdotal en en 2002, y he trabajado en California, Cincinnati y actualmente en Houston. He trabajado en el pastoral juvenil, universitaria, y de las localidades del Regnum Christi. Puedo decir que amo mi fe, mi vocación sacerdotal como legionario al servicio de la Iglesia y a toda mi familia Regnum Christi. Me gusta trabajar con la gente y me encanta andar en bicicleta.
¿De dónde nació la idea de equiparar la espiritualidad con el ciclismo? ¿Y por qué el ciclismo y no el atletismo, la natación o algún otro deporte?
Tuve una fuerte inquietud por el ciclismo desde que tenía 14 años, inicialmente para recorrer Europa. Sin embargo, el interés rápidamente se convirtió en competir en carreras. Participé en algunas carreras locales en mi adolescencia y quise llegar a ser un ciclista profesional. Eventualmente, mis rodillas terminaron con ese sueño, pero la pasión por el ciclismo continuó.
Una vez que entré a la Legión, pensé que andar en bicicleta era un amor perdido. Pero hace 12 años, traté de andar en bicicleta nuevamente y, para mi deleite, pude andar un poco. Ahora trato de andar en bicicleta regularmente, alrededor de 3 veces por semana.
No cualquiera puede hacer ciclismo, ¿o sí? ¿Cree Ud. que el ciclismo sea una disciplina deportiva que cualquier persona pueda hacer? Y aplicándolo a la vida espiritual, ¿cómo asocia este aspecto de disciplina deportiva, por ejemplo, con la oración?
Yo sí creo que cualquier persona que se lo proponga puede andar en bicicleta; pero el ciclismo como deporte está creciendo principalmente en los Estados Unidos. Mucha gente se ha contagiado de esa inquietud por el ciclismo, ya sea de montaña o de carretera. No tienes que competir formalmente para ser un ciclista ávido. Por aquí se ve a gente de todas las edades andando en bicicleta y muchos lo hacen con pasión y dedicación.
Desde mi perspectiva, San Pablo ya dos milenios atrás fue la conexión de este libro con el deporte y la vida espiritual, señalando que nuestro viaje espiritual, como una carrera a pie, implica una meta, un esfuerzo y la necesidad de disciplina (cf. Cor 9, 24-25). Creo que las comparaciones pueden ser innumerables. Este libro comparte algunas ideas espirituales obtenidas desde el punto de vista del ciclismo, cubriendo temas como el ajuste de la bicicleta, el drafting (cuando el ciclista ahorra energía al colocarse detrás de otro ciclista en una zona de baja presión), los choques y accidentes, y otros aspectos más.
¿El libro está dirigido a un público concreto? ¿Es para un cristiano de a pie de los que solo van a Misa los domingos o para quien lleva ya un recorrido específico o una vocación en la Iglesia?
Si bien he escuchado a varias personas que no son ciclistas decir que les ha gustado mi libro, la audiencia principal son los ciclistas entusiastas. Estadísticamente hablando, alrededor del 23% de esos ciclistas en los Estados Unidos serán católicos. La esperanza es ayudar a aquellas personas apasionadas por el ciclismo a ver la conexión con la fe para fomentarlo. La mayoría de estas personas serán laicos, pero también he recibido una respuesta positiva de algunos legionarios de Cristo.
En su trato pastoral con las personas, ¿qué dificultades ve Ud. en la vida espiritual que impiden un trabajo serio, una disciplina o un hábito para llevar una espiritualidad?
He trabajado pastoralmente con personas de todas las edades, y he notado que un gran obstáculo para vivir la fe es la falta de disciplina. Hay una falta de consistencia en la vida de oración, en un programa de vida e incluso, a veces, en la vivencia de los sacramentos. Este subgrupo, ciclistas apasionados, no tendrá problemas con la fuerza de voluntad. No puedes ser un ciclista serio sin la fuerza de voluntad para entrenar regularmente. Aquí la cuestión de fondo será despertar esa misma pasión por la fe así como se tiene por el ciclismo.
¿Qué le diría a quienes dicen simplemente no tener tiempo para la vida espiritual, o que lo ven como algo ya anticuado, superado?
Cuando alguien experimenta el amor de Jesucristo a través de la oración, de la adoración eucarística o alguna otra experiencia espiritual o humana, entonces la motivación vendrá desde el interior de la persona, desde el corazón. Y encuentras tiempo para pasarlo con la persona que amas, sin pretextos.
El libro «A Cyclist Spirituality – Spiritual lessons learned from riding a bike» se puede conseguir en formato Paperback y Kindle, por ahora sólo en inglés. Se puede adquirir en este enlace. Para Italia, aquí.