El martes 22 de octubre la Iglesia recordó la memoria litúrgica de san Juan Pablo II, un Papa al que muchas generaciones de legionarios nutren un cariño especial. Este mismo año el P. John Connor, L.C., dirigió a todos los legionarios una carta sobre el amor al Papa. En este contexto, ofrecemos un artículo preparado por el Archivo Histórico General de la Congregación en el que se presenta cómo este elemento ha estado presente en la historia de la Legión de Cristo.
Con ocasión de la Fiesta de la Cátedra de san Pedro, el pasado 22 de febrero de 2024, el director general de la Legión de Cristo escribió una carta sobre el amor el Santo Padre. En ella se puede leer:
Junto con toda la tradición de la Iglesia, en la Congregación de los Legionarios de Cristo siempre ha existido una especial veneración y adhesión al Santo Padre. (…) Como cada fiel católico, el legionario, y el miembro del Regnum Christi está llamado a otorgar el asentimiento religioso del entendimiento y de la voluntad ante el magisterio ordinario y auténtico del Romano Pontífice.
Un rápido estudio fundado sobre algunos documentos conservados en nuestro Archivo Histórico General puede ayudar a corroborar estas afirmaciones.
La Congregación nació en México durante el pontificado del papa Pío XII y, antes de asumir el nombre definitivo, en un breve período entre el 1951 y el 1952 fue llamada Legión del Papa. Un artículo aparecido en el 1953 en Caritas, la revista del noviciado que entonces se encontraba en Roma, explica el porqué:
En la incomparable trayectoria que ha recorrido nuestra Legión en la búsqueda de un nombre que dé a conocer su espíritu y su apostolado, cuenta con uno muy significativo: “Legión del Papa”. En la palabra Legión quiso encerrar todo el espíritu de lucha, de empuje y de heroísmo al mismo tiempo que sus armas de combate en la conquista del Reino. Y en la palabra “del Papa” compendia todo su espíritu apostólico y romano que lleva metido hondamente en su mística y en su ascética. Más tarde Cristo quiso cambiarle de nombre, pero le ha dejado el espíritu idéntico, es más; ha querido aumentarlo de día en día, porque quiere una Legión grande, arrolladora pero al mismo tiempo sumisa y obediente a su Vicario en la tierra; pues lo primero no se puede lograr sin lo segundo. Realidad demostrada por la triste experiencia de los que quisieron hacerse grandes alejándose del Cristo visible. Por eso los grandiosos métodos que la Legión ha de usar en la conquista de las almas, siempre estarán al servicio de las consignas y de las orientaciones del Papa. Sus medios de formación y de santificación serán los acomodados y aconsejados por las encíclicas de los Pontífices, que encontrarán en las filas de la Legión la realización de sus menores deseos. El grito del Papa será siempre en los labios del Legionario, un grito de combate y de llamamiento al heroísmo en la lucha.
Con un lenguaje típico del tiempo, el anónimo autor traza un programa preciso de acción, indicando que «los medios de formación y de santificación» de los legionarios «serán los acomodados y aconsejados por las encíclicas de los Pontífices».
Entonces la Legión era demasiado joven, pero ya durante el pontificado de San Juan XXIII por primera vez un legionario tuvo la posibilidad de hacer apostolado público hablando del magisterio del Papa. Es lo que ocurrió al padre Alfonso Samaniego, L.C., entonces director del Instituto Cumbres de la Ciudad de México, que, a partir del 11 de mayo de 1963, comentó con conferencias televisivas de veinte minutos a las siete de la tarde durante cinco sábados consecutivos en el Canal 4 la encíclica Pacem in terris. La paz entre todos los pueblos, fundada en la verdad, la justicia, el amor y la libertad, que el Papa había firmado justo el mes anterior.
En un México laicista, en plena Guerra Fría, ver en televisión a un sacerdote en corbata que hablaba de la actualidad del mensaje evangélico, fue algo que llamó la atención y quedó en la memoria.
Ya había empezado el Concilio Vaticano II, que fue concluido por san Pablo VI. En los años difíciles que siguieron, la comunidad del Centro de Estudios Superiores de Roma sintió la necesidad de hacer un focus sobre el pensamiento del papa Pablo VI. El 19 de marzo de 1971 a través de la Editorial Lecristo, vino así a la luz, un libro de 463 páginas intitulado Pablo VI. “Os hablo en nombre de Cristo”. La dirección del proyecto fue de los padres Juan Manuel Dueñas y Javier Orozco y del entonces hermano Rafael Moreno, la revisión fue del padre Ignacio Mendoza y colaboradores fueron todos los miembros de la comunidad de filosofía. La obra profundizaba sobre todo 16 temas recurrentes entre las palabras del Santo Padre, es decir: Concilio, Cristianismo, Cristiano, Cristo, Dios, Ecumenismo, Espíritu Santo, Eucaristía, Fe, Hombre, Humanismo, Iglesia, Liturgia, María, Moral, Papa.
En la introducción se encuentran las motivaciones que empujaron el trabajo:
Es urgente que los Legionarios asimilen con un conocimiento profundo y actual el pensamiento del Vicario de Cristo, fiel y perenne intérprete de la Verdad.
- No se trata de una exposición sintética de los discursos del papa Pablo VI, y mucho menos de su doctrina o sentir sobre los puntos que allí se proponen: pues abarcan solamente el así llamado “período del posconcilio” (1965 al 1970)
- Es, más bien, una selección de los discursos del Papa a todo el Pueblo de Dios, preferentemente en las audiencias generales; aunque no se han excluido algunos otros que, si bien fueron pronunciados fuera de las Audiencias, sin embargo, se conservan en la línea del magisterio universal ordinario.
- Al idearlo como “instrumento de reflexión personal y de difusión apostólica del pensamiento del Vicario de Cristo”, hemos preferido presentarlo en una doble dimensión: – primeramente, se expone “la preocupación” (por llamarla de alguna manera) del Papa al contemplar el quehacer ordinario de toda la Iglesia – después, esa “nueva orientación” que surge espontánea de su gran corazón de Pastor Supremo para seguir la línea de Cristo y del Evangelio en el momento presente.
- Encontrarán ustedes algunos párrafos subrayados o interrumpidos con números o guiones. Esto obedece a dos razones de importancia: la primera, seguir el encadenamiento lógico y sistemático del pensamiento del Papa; y la segunda, hacer más fácil el análisis y profundización de cada pensamiento en particular.
En el 1993, bajo el pontificado de San Juan Pablo II, surgió el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (= APRA). La fundación de esa nueva institución académica dio a la Legión de Cristo la posibilidad de emprender iniciativas en colaboración con los dicasterios de la Curia Romana y los primeros congresos que tuvieron lugar. En ellos participaron activamente los profesores del APRA y las primeras actividades tuvieron relación estrecha con el magisterio pontificio.
El primer evento fue Para una cultura de la vida. Congreso Internacional en el 1° aniversario de la publicación de la encíclica Evangelium Vitae que se desarrolló entre el 22 y 24 de abril de 1996 y fue organizado bajo la dirección del Pontificio Consejo para la Familia, en colaboración con el Instituto de Bioética de la Universidad del Sacro Cuore. Las palabras de bienvenida a los diversos conferencistas de renombre internacional fueron dadas por el padre Álvaro Corcuera, L.C., rector del APRA:
Quisiera agradecer a todos los presentes por haber acogido la invitación a participar en este congreso que, en el fondo, pretende ser una respuesta al llamado del Papa, de promover una movilización general de las conciencias y un común esfuerzo ético, para poner en acto una gran estrategia en favor de la vida.
Tuvo una conferencia también el padre Gonzalo Miranda, L.C., profesor de teología moral del APRA y secretario del Instituto de Bioética de la Universidad Católica del Sacro Cuore en Roma, que analizó los términos “cultura de la vida” y “cultura de la muerte” en la enseñanza del pontificado de Juan Pablo II, a través de un pormenorizado análisis cronológico de la aparición de los términos en los escritos del Papa, y finalizó su exposición evidenciando las causas de dichas expresiones.
El año siguiente, del 29 al 30 de abril de 1997, tuvo lugar el Congreso Internacional en el V Aniversario de la promulgación de la encíclica Centesimus Annus promovido directamente por el APRA en colaboración con el Acton Institute for the Study of Religion and Liberty y al cual igualmente contribuyeron numerosos y acreditados conferencistas. Entre ellos el padre Michael Ryan, L.C., doctor en filosofía en la Universidad Gregoriana y profesor de Ética Social del APRA, quien habló acerca de la Centesimus Annus como fundamento y motivación para la acción, poniendo de relieve los desafíos que la encíclica ha puesto y que aún no se han cumplido e invitando a hacer de ella un punto de referencia continua en las decisiones de tipo económico.
Otra importante oportunidad para profundizar el magisterio de todos los Pontífices del siglo XX y sobre todo de san Juan Pablo II se dio el 23 de abril de 2004, cuando fue presentado en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum el libro Fede e Cultura. Antologia dei testi del Magistero pontificio da Leone XIII a Giovanni Paolo II, editado por el Pontificio Consejo de la Cultura, que contiene una summa de las intervenciones magisteriales sobre las relaciones entre ciencia y fe, cultura y ética cristiana, en cada campo de la búsqueda y de la vida. En esa ocasiόn, el padre A. Pedro Barrajόn, L.C., docente la facultad de Teología, tuvo una exposiciόn sobre el tema Fede, cultura e verità nella Fides et Ratio, la encíclica que San Juan Pablo II promulgό en el 1998. Ese texto fue luego publicado en un librito.
El empeño del APRA para estudiar la doctrina de ese santo de la Iglesia siguió adelante también después de su muerte. Entre el 9 y el 10 de noviembre de 2011 el Ateneo organizό un Congreso Internacional sobre el tema La teologia del corpo di Giovanni Paolo II, una expresiόn nueva que se volvió familiar a los fieles católicos justo gracias a las catequesis de Juan Pablo II y que tenía la finalidad de ofrecer a la Iglesia y al mundo una visiόn integral del ser humano tal como aparece en la Revelaciόn bíblica.
En el Congreso participaron ocho profesores legionarios: los padres Thomas Williams, Paolo Scarafoni, José Antonio Izquierdo Labeaga, Ramon Lucas Lucas, Walter Schu, Gonzalo Miranda, Joseph Tham y Miguel Paz, LL.CC. Las actas correspondientes fueron publicados al cuidado del entonces rector del APRA, P. Pedro Barrajόn, L.C., quien escribiό una exhaustiva introducciόn ad hoc.
A lo largo de su actividad, el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum no cesó de reflexionar sobre el Concilio Vaticano II, momento básico de la historia reciente de la Iglesia. Por eso, entre el 11 y el 12 de noviembre de 2005 se desarrollό un congreso sobre La Bibbia nella Chiesa nel 40° della Dei Verbum, la constituciόn dogmatica sobre la Divina Revelaciόn y la Sagrada Escritura. El P. Antonio Izquierdo, L.C., participò hablando sobre Bibbia e teologia. Presupposti generali per un rapporto fecondo y el año siguiente se ocupó de la publicaciόn integral de las actas, escribiendo también la introducciόn.
En el 2005 fue elegido Papa el cardenal Joseph Ratzinger. Para examinar con atenciόn su pensamiento teόlogico, el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum eligiό releer el libro Introduzione al Cristianesimo. Lezioni sul simbolo apostolico, que el entonces profesor Ratzinger publicó en 1968, recogiendo las clases dadas en la Universidad de Tubinga en el 1967, obra que constituye una puerta de acceso privilegiada al magisterio del futuro Papa. Así, entre el 12 y el 13 de mayo de 2008 fue celebrado el Congreso Interdisciplinar La voce della fede cristiana. Introduzione al Cristianesimo di Joseph Ratzinger – Benedetto XVI 40 anni dopo. Cinco profesores legionarios, los padres Antonio Izquierdo, Juan Pablo Ledesma, Paolo Scarafoni, Alfonso Aguilar y A. Pedro Barrajόn, LL.CC. contribuyeron al estudio de esa obra maestra, En la presentaciόn de las actas, el P. Juan Pablo Ledesma, L.C., entonces decano de la facultad de Teología, escribió
«queriendo ofrecer un homenaje al Santo Padre, «siervo humilde en la viña del Señor», como signo de adhesiόn filial a su persona y a su Magisterio, nacieron las páginas de ese libro, “La voce della fede cristiana”, fruto de la búsqueda y del estudio de los docentes de la facultad de Teología y de Filosofía del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma. Un pequeño aporte, signo de un gran amor y de una profunda, fiel cercanía».
Los años del pontificado de papa Benedicto XVI coincidieron con los cuales fue director general de la Congregación el padre Álvaro Corcuera que en sus cartas abiertas no dejó nunca de señalar las enseñanzas del Santo Padre en sus discursos. Algunos ejemplos lo ilustrarán.
En la carta dirigida a los colaboradores y colaboradoras del Regnum Christi el 10 de diciembre de 2009 para invitarlos a aceptarse con humildad recordaba que «el papa Benedicto en sus catequesis tan maravillosas sobre los apóstoles, explicó el proceso purificador que llevó a San Pedro a aceptarse con humildad y con verdad».
Unos meses después, el 20 de marzo de 2010, decía a los miembros de la tercera y cuarta etapas del ECYD:
el don de nosotros mismos a Dios y a nuestros hermanos, a veces, puede ser un poco difícil de entender: cuanto más nos damos, más recibimos. Es esto que el Papa Benedicto XVI expresó de una manera tan hermosa cuando nos decía en su primera homilía después de su elección: «Dios no quita nada, Él da todo.
En el mensaje enviado el 6 de agosto de 2010, Fiesta de la Transfiguración del Señor, a los participantes en el Encuentro de Juventud y Familia en Rio de Janeiro, Brasil, se centraba sobre la transmisión de la fe en familia y el amor mutuo entre padres e hijos, transcribiendo largos pasos del discurso que Benedicto XVI pronunció el 8 de julio de 2006 durante el Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, España.
El 10 de mayo de 2009, día de la Madre, en otra carta enviada a los miembros de las secciones de señoras de Regnum Christi, aprovechaba de un discurso que Benedicto XVI había tenido en un reciente viaje en Angola, el 22 de marzo de 2009, donde hablaba de la presencia materna dentro de la familia para: invitarlas a seguir descubriendo cada día la hermosura de esa capacidad innata que tienen, especialmente como madres de familia, para transformar el mundo que les rodea con la fuerza del amor.
Al mismo tiempo, el 19 de junio de 2009, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, escribía una carta a todos los miembros del Regnum Christi con motivo del «Año sacerdotal» convocado por el Papa Benedicto XVI, con el deseo de que reflexionemos juntos sobre el significado y las implicaciones para nuestra vida del «Año sacerdotal» que el Papa ha convocado y que comienza precisamente hoy, con esta solemnidad del Sagrado Corazón, teniendo como lema: «Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote.
Un novicio, el director de un centro educativo, los superiores y miembros de un centro de formación, los profesores de una institución académica pontificia, un director general durante su encargo. Desde su puesto de trabajo, en situaciones diferentes, y con todos los Pontífices que se han sucedido a lo largo de los años, cada uno de ellos ha querido estudiar el Magisterio utilizando el medio más adecuado según la ocasiόn: desde la televisiόn hasta una publicaciόn ad intra o las actas de un congreso teológico internacional, y vivir así el amor al Papa contribuyendo a difundir el entendimiento y la voluntad del vicario de Cristo en la tierra.
Sin duda, los que tratamos aquí son solo algunos ejemplos porque a lo largo del tiempo, muchísimos otros han sido las demostraciones de amor y conocimiento del magisterio del Papa que han dado los legionarios de Cristo y los miembros del Regnum Christi durante su acciόn educativa o apostόlica en los centros de formaciόn y en las obras de apostolado.