El pasado viernes 11 de diciembre, víspera de la fiesta de la Virgen de Guadalupe, el P. Héctor Guerra, L.C. partió a la casa del Padre después de concluir su peregrinación terrena a los 62 años de edad y 46 años como legionario de Cristo. Murió en el hospital Quirón de Madrid tras una larga lucha contra un cáncer. El P. Héctor estaba por cumplir 35 años como sacerdote el próximo 3 de enero.
El P. Héctor Guerra Ibarra, L.C. nació en Monterrey, México, el 19 de noviembre de 1953. Siendo adolescente sintió el llamado de Dios e ingresó a la Legión el 3 de noviembre de 1969 empezando su noviciado en Salamanca. Dos años después, el 1 de octubre de 1971, emitió su primera profesión religiosa.
El H. Guerra hizo el juniorado en Salamanca y después se trasladó a Roma para iniciar sus estudios de filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana. Emitió la profesión perpetua el 17 de octubre de 1974. En aquellos años, en la revista temática Ecos del Centro de Estudios Superiores de Roma se publicaron dos pequeños escritos del entonces H. Héctor. El primero, de 1974, se titulaba «Valores y antivalores de los medios de comunicación» y afrontaba el tema partiendo desde un análisis del Decreto conciliar Inter Mirifica de 1963; el segundo, publicado en 1975, era una recensión sobre el libro Liberación marxista-liberación cristiana escrito por Mons. Alfonso López Trujillo, entonces secretario del CELAM. El P. Guerra obtuvo la licenciatura en filosofía por la Universidad Gregoriana con una especialización en marxismo.
Durante el periodo de prácticas apostólicas fue asistente de filósofos de 1976 a 1977 y asistente de teólogos de 1977 a 1980. El 27 de enero de 1980 el papa Juan Pablo II visitó el Colegio de los Legionarios de Cristo de Vía Aurelia 677 en Roma. Algunos de los presentes para la visita recuerdan que cuando el Santo Padre se dirigió a la salida de la casa, el H. Héctor Guerra empezó a tocar la canción Amigo con el acordeón. Pronto toda la comunidad se sumó al canto para agradecer al Papa su visita, quien apreció el gesto.
El P. Guerra fue ordenado sacerdote por el cardenal Eduardo Pironio, prefecto de la Congregación para los Religiosos y los Institutos religiosos, el 3 de enero de 1981, XL aniversario de la fundación de la Congregación, en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y San Felipe Mártir en Roma. Su primer ministerio sacerdotal lo desempeñó como asistente de novicios de la comunidad de Salamanca durante siete años, entre 1981 y 1988.
En 1987 fue nombrado también asistente para el apostolado del director territorial de Europa. Esta experiencia fue muy significativa, aunque sólo duró un año debido a que en 1988 el padre Guerra fue nombrado director territorial de Europa.
En el cumplimento de su encargo como director territorial el padre Héctor estuvo siempre a disposición de los sacerdotes de su territorio, prestó mucha atención personal al afianzamiento de la vocación de los religiosos y vigiló la consolidación de las obras emprendidas, aprobando también el desarrollo de nuevos apostolados. Durante los años de su servicio como director territorial de Europa se abrieron los noviciados de Alemania y de Italia y se inició el trabajo apostólico en Europa del Este, especialmente después del Capítulo General de 1992, en el que se puso un interés especial en la nueva evangelización del viejo continente. Con frecuencia visitaba los noviciados de Salamanca, Irlanda, Italia y Alemania y el Centro de Estudios Superiores. Procuraba también atender personalmente a los legionarios para alentarlos en su apostolado y ministerio.
La revista temática Ecos, en el volumen 2 de 1993 recoge una conferencia del P. Héctor Guerra al concluir el Capítulo General de 1992: «Hemos visto en primer lugar la importancia en la formación de este celo apostólico porque estamos tocando el ser o no ser de la Legión y hemos visto en segundo lugar la situación actual. Ciertamente hay celo, pero falta una conciencia mayor de la crisis por la que está pasando la Iglesia,[.] que aquí hay esa búsqueda de conquista de las almas, ese buscar crecer el Reino de Cristo. [.] Ese celo como espíritu de conquista que es precisamente lo propio de nuestro carisma, que nace como una expresión, una prolongación de nuestro amor a Cristo, y que es particularmente necesario en las circunstancias actuales en el mundo y en la Iglesia [.] Y si en algún momento no se nos ocurre algo, este celo nos llevará a alentar a nuestros compañeros. Este celo nos llevará a pedir consejo. Este celo nos llevará a pedir sugerencias, a intercambiar experiencias hasta encontrar esa fórmula que me permita ser más eficaz».
Fidelma Grealy, consagrada del Regnum Chrsiti, resume con estas palabras su impresión del P. Héctor como director territorial: «Fue un enorme apoyo para mí en los años de la fundación del Highlands Encinar, como director territorial, siempre disponible para consultas, consejos, reuniones, con una visión a futuro impresionante del colegio, flexible ante opiniones ajenas, gran conciliador en momentos tensos.. Le agradezco muchísimo su confianza en mí y su mano de formador en mi vida apostólica. Un consejo que me dio sobre el sentido de la Cruz en la vida me marcó y ayudó hasta hoy».
«El Padre Héctor Guerra fue asistente de novicios en Salamanca cuando yo ingresé a la Legión. Siempre lo consideré un legionario fervoroso y firme en lo que había que ser firme. Después fue mi director territorial cuando yo comencé mi ministerio sacerdotal en España. Fue un periodo muy importante en mi vida y siempre sentí su apoyo y disponibilidad. Dios lo ha querido relativamente pronto consigo. Agradezco su testimonio sacerdotal y religioso en la Legión de Cristo en tiempos muy difíciles», comparte el P. Ignacio Buisán, L.C.
A quienes recibían el hábito legionario el P. Héctor les invitaba a hacer una verdadera experiencia de Cristo en el noviciado para ser capaces después de dar su aporte para la evangelización de Europa y llevar la palabra de Dios a todos los hombres. Exhortaba a quienes profesaban los votos a tomar conciencia del llamado de Dios a la Legión y a ser fieles a los compromisos que iban a adquirir. Muchas veces tenía sesiones de preguntas para tratar temas espirituales o sobre la formación legionaria o también daba conferencias sobre la delicadeza de la situación que vivía el continente europeo y presentaba los avances de la Legión de Cristo y del Movimiento Regnum Christi detallando detenidamente todas las actividades apostólicas que se iban desarrollando.
«El P. Guerra fue mi director territorial durante siete años, cuando era chica del Regnum Christi, en mi juventud.. y me ayudó mucho en mi proceso de discernimiento y decisión vocacional, como consagrada del Regnum Christi. Me impactaba mucho cómo predicaba el amor de Cristo, ¡siempre con pasión y ardor! Nos daba los retiros de mes, los triduos de renovación, los ejercicios espirituales, participaba en los cursillos de verano., él me incorporó al segundo grado y me consagró el 27 de agosto de 1990 en Reajo del Roble. Le tengo un cariño y un agradecimiento muy especial», comparte Rocío Caballero García, consagrada del Regnum Christi.
El P. Guerra participó, en su calidad de director territorial, en el II Capítulo General ordinario en 1992. Durante los años sucesivos, impartió cursillos y conferencias para ayudar a los legionarios a profundizar en las consignas dadas por el Capítulo. Uno de los temas que trató con más frecuencia durante sus intervenciones fue el crecimiento del Regnum Christi y el trabajo vocacional, como respuestas a la situación de secularización de Europa. Sus consideraciones sobre este punto, fruto de su experiencia como director territorial de Europa quedan plasmadas en una conferencia sobre la pastoral vocacional que dictó durante el congreso Testimoni e servitori della speranza en el año 2001, organizado por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum con el patrocinio de la Congregación para los Obispos. El texto está recogido en el libro de actas del congreso.
Fue un decidido promotor de la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid. Durante la década de los ’90 y bajo su dirección se abrieron instituciones educativas en España y otros países de Europa, como el Highlands de Sevilla, Le Châtelard, y algunos otros proyectos que luego se vio que no eran viables. Promovió el desarrollo del Movimiento Regnum Christi y la promoción vocacional en los países de Europa. También tenía bien presente la necesidad de lograr la sustentabilidad del territorio. El reto de la diversidad cultural y de lenguas en los países del territorio también fue ocasión para iniciar la adecuada inculturación de la Legión y del Movimiento.
En el año 2000 el territorio de Europa se dividió en los territorios de España e Italia y el P. Guerra continuó con el cargo de director territorial de España. Dos años después, en el 2002, el territorio de España se dividió a su vez en los territorios de España y Francia. El P. Héctor fue nombrado director territorial de Francia, encargo que desempeñó hasta el 2008. Participó ex officio en el III Capítulo General Ordinario del 2005.
Después de esto el P. Guerra se dedicó a explorar nuevos caminos para la evangelización. Para ello, reanudó sus estudios de teología y en 2009 obtuvo el doctorado por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. Su tesis doctoral se titulaba El hombre en la encrucijada del nuevo milenio según Juan Pablo II y fue publicada al año siguiente por la Editorial Voz de Papel bajo el título Juan Pablo II ante el desafío del nuevo milenio. Los retos para el hombre y la sociedad. La reseña de esta obra dice que: «En los umbrales del tercer milenio, no queda más que una alternativa: la progresiva instauración de la cultura del amor».
Precisamente el amor y la profundización en la espiritualidad del Regnum Christi fueron los argumentos preferidos por el P. Guerra en sus siguientes siete publicaciones, realizadas en colaboración con el P. Juan Pablo Ledesma. La primera obra firmada por los dos en 2009 fue un vademecum para una peregrinación a Tierra Santa titulado Vio y creyó. La experiencia de Cristo Resucitado en Tierra Santa. El mismo año se publicó ¡Venid y Veréis! La experiencia de un amor que no se acaba, que profundiza el tema de la amistad con Jesucristo y para el que el Card. Antonio Cañizares escribió el prólogo. A este libro le siguieron otros publicados por la editorial Planeta Testimonio. En 2010 aparece Soy tu Madre. El amor filial y la amistad con María, que presenta una síntesis de la espiritualidad eclesial y del Movimiento Regnum Christi sobre la fisonomía humana y espiritual de María, y la devoción mariana; En 2011, Amaos como yo os he amado. La caridad alma del cristianismo. En 2012, Cristo, nuestra Pascua, centrado en el misterio pascual. En 2013, La plenitud del Amor. Finalmente, en 2015, ¡El Amor es más fuerte! Antología de textos y conferencias del P. Álvaro Corcuera, L.C.
Carmen Fernández comparte lo siguiente en el libro de condolencias: «Conocí el alma del Padre Héctor en sus libros. No le conocí en persona y es impresionante lo que hizo el Señor en mi alma a través de él. Siempre le estaré agradecida. Espero y confío que algún día, mirándole a los ojos, pueda decirle: «¡Usted es el Padre Héctor!». Que Dios le tenga ya a su lado. Rezo por ello. Mi más sentido pésame a su familia natural, a todos los Legionarios de Cristo y a su entera familia RC».
El P. Fernando Pascual escribió en el libro de condolencias: «Con mi gratitud por su fidelidad a Cristo, por su amor a la congregación, por su continuo espíritu de iniciativa, y por su disponibilidad para escuchar y acoger a sus hermanos. También le agradezco el haber lanzado la oficina de prensa en el Centro de Estudios de Roma, allá por el año 1991, que a varios de nosotros nos lanzó al apostolado de la pluma».
El apostolado de la pluma no fue su único apostolado en estos últimos años. Su interés se fijó también en la Sábana Santa. Entre 2006 y 2009 se inauguraron dos exhibiciones permanente llamadas «¿Quién es el hombre de la Sábana?», una en el Centro Notre Dame de Jerusalén y otra en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. En 2008 el P. Héctor fue elegido presidente de Othonia, una asociación internacional con la finalidad de contribuir a la salvaguarda, promoción y difusión de los conocimientos relativos a la Sábana de Turín a través de iniciativas de carácter científico, cultural, histórico y religioso.
A partir del ciclo académico 2010-2011, el P. Héctor formó parte del comité científico del diplomado en estudios sobre la Sábana Santa abierto por la facultad de teología del Ateneo Pontíficio Regina Apostolorum en colaboración con el Centro internacional de Sindonologia de Turín, STOQ (Ciencia, Teología y búsqueda Ontológica) y la Fundación John Templeton. Mientras tanto, las muestras permanentes se multiplicaron hasta ser ocho en todo el mundo: en el Santuario nacional de Nuestra Señora de Guadalupe de la ciudad de Sacramento, California, Estados Unidos y en el Shopping Palladium, el centro comercial más grande de la ciudad de Curitiba, Brasil; en la Iglesia de san Juan y san Pedro de Estoril en Portugal; en la Catedral de San Juan Evangelista de la ciudad de Den Bosch en Holanda; en una de las salas principales del Santuario dedicado a San Juan Pablo II en Cracovia, en la Universidad Anáhuac México Norte de la Ciudad de México, en Notre Dame of Jerusalem Center, en Tierra Santa, y en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum en Roma.
El P. Rafael Pascual, quien colaboró con el P. Guerra en los proyectos de la Sábana Santa, refiriéndose a los mismos menciona: «Todo ello es una muestra más de su iniciativa, su empuje y su irradiación apostólica, en una de las diversas áreas en las que desplegó su labor sacerdotal. A los que tuvimos la gracia de colaborar con él nos toca recoger su legado y continuar su tarea. Creo que es el mejor modo de honrar su memoria y agradecer su ejemplo y testimonio». El P. Guerra escribía sobre la contribución que la Sábana Santa tenía para la nueva evangelización: «Podemos decir que no usar la Sábana Santa o no darla a conocer sería una omisión importante en el esfuerzo y tarea de la nueva evangelización. Conecta directamente con el kerigma, que es el núcleo central del evangelio. La Sábana Santa permite incorporar un nuevo método en la evangelización, implicando a las ciencias. Presentación especialmente atractiva para el hombre de hoy. Así, la Sábana Santa se convierte en un signo de credibilidad que facilita y promueve el camino para el encuentro con Dios»
Entre 2011 y 2014, el P. Héctor fue director del Instituto Sacerdos y dirigió en Roma el Curso internacional para formadores de seminarios de 2012 a 2014.
En 2013 organizó el primer evento TEDx Via della Conciliazione en el Vaticano sobre la libertad religiosa hoy. Participaron conferencistas de nivel internacional. Rome Reports sacó una servicio en el que el P. Guerra explicaba la naturaleza del evento. El P. Sergio Salcido, L.C. Comenta al respecto: «Pude coincidir con él más de cerca estudiando teología en Roma y en la Asamblea de las Casas de Roma. Le ayudé un poco a la organización del TEDx Via della Concilliazione donde me impresionó su visión y sus amplios horizontes para evangelizar al mundo y los hombres con iniciativas de impacto, de convencimiento de líderes en favor de la sociedad y las personas. No sé, me pareció que él tenía esa garra apostólica que yo quisiera tener para ayudar a nuestro Cristo Rey a establecer su Reino. Me ayudó, pues, a ver esta parte hermosa de nuestro carisma en cuanto al apostolado. Pude verlo hace un año, cuando pasé por Salamanca después de mi ordenación en Roma y me quedo con un buen recuerdo. Dios le bendiga y gracias por todo su testimonio!».
Otro esfuerzo del P. Guerra ha sido la organización en el 2014, en colaboración con la Asociación ABC thinking comprometida en la edificación cultural de nuestra sociedad y con el patrocinio del Pontificio consejo para los Laicos, el CSI (Centro sportivo italiano) y de la Universidad Europea de Roma, del congreso Sports… much more than entertaiment!, en el que participaron campeones olímpicos y atletas de diversas disciplinas.
El P. Guillermo Meade, expresa lo siguiente en el libro de condolencias: «Me impresionó siempre su incansable celo apostólico, su fe y su magnanimidad. Siempre pensaba en grande, pues creía que Dios quería y podía hacer grandes cosas si nos prestábamos con humildad. Cuando se enteró de su enfermedad lo dijo a pocas personas, yo estuve entre ellas. Nos pidió de no comentarlo. El siguió por años luchando y trabajando como si nada sucediera, lanzando nuevas iniciativas y pensando poco en sí mismo y mucho en el Reino. Con frecuencia me decía «estamos en las manos de Dios». Dios lo tenga en su Gloria».
El 20 de noviembre nuestro director general, de paso por Madrid, visitó al P. Guerra en el hospital. Recoge sus impresiones en el libro de condolencias: «El día 20 de noviembre, a mi regreso de México, pude quedarme unas horas en Madrid y visitarle en el hospital. Lo vi físicamente muy decaído, pero espiritualmente muy fuerte. Él sabía perfectamente que le quedaban pocas semanas de vida. Estaba entero, lúcido, lleno de Dios. Pensaba que no llegaría a Navidad aquí en la tierra, pero tiene su Navidad anticipada en el cielo. Gracias, padre Guerra por su testimonio y fidelidad a Dios en la Legión»
Se veló el cuerpo del P. Guerra en la Dirección territorial de España. Después, el día 12, se celebró la misa de exequias en la parroquia de San José María Escrivá en Aravaca, presidida por el P. José Carlos Zancajo, director territorial de España. En su homilía, el P. Zancajo recordó: «Somos del Señor, en la vida y en la muerte. [.] La muerte es para nosotros un retorno al Padre [.] Los que hemos estado cerca del P. Héctor, especialmente en estos meses finales de su vida por diversas circunstancias, escuchamos que el P. Héctor repetía constantemente la frase: «estamos en las manos de Dios»». También comentó: «Hay que medir la vida no por días ni por años, sino por lo que hacemos al servicio del prójimo y la gloria de Dios. En este sentido, el P. Héctor nos ha dado un gran ejemplo [.] Durante muchos años creando obras, instituciones, impulsando, el gobierno, ese servicio tan difícil al prójimo [.] Después de sus años de gobierno no se fue a descansar [.] sino que se puso a escribir [.], su última preocupación fue ese libro que se quedó sin terminar». Y añadió: «Éstas son las obras que perduran, que uno puede presentar a Dios humildemente».
El mismo día 12 de diciembre el diario La Razón, de Madrid, despedía al P. Guerra en un artículo como a un «visionario del diálogo».
Los restos mortales del P. Héctor Guerra, sacerdote de Jesucristo y religioso legionario, esperan la resurrección en el cementerio de la Almudena, en Madrid. ¡Descanse en paz!
Se pueden leer los testimonios que se han recibido en el sitio de condolencias aquí.