Asamblea de la Delegación de Roma y Tierra Santa sobre el borrador del Estatuto General del Regnum Christi

 

 

Del 2 al 5 de noviembre se llevó a cabo la Asamblea de la Delegación de Roma y Tierra Santa en la Sede de la dirección general, para dar su parecer sobre el borrador de Estatuto General del Regnum Christi. Asistieron por oficio 10 sacerdotes legionarios de Cristo, y 22 elegidos entre los sacerdotes y hermanos de las comunidades de la Delegación.

El padre Eduardo Robles-Gil, L.C., presidió la concelebración eucarística del día 2 de noviembre, conmemoración de los fieles difuntos. Durante la homilía dijo: «La sabiduría frente a la muerte la vamos a buscar en Cristo: “Nadie va al Padre, sino por mí” (Jn 14,6). Y esto es algo con lo que nos debemos quedar nosotros, que hemos sido escogidos por Cristo y también hemos optado por Él. Es el mensaje del presente, el mensaje para el proceso que estamos viviendo. Podríamos tratar de buscar en sabiduría humana, en experiencia de vida muchas cosas, pero en el fondo, lo que queremos es que Dios con su luz, con la inspiración de su Espíritu nos diga lo que quiere de nosotros como personas que nos queremos identificarnos con Él, y lo que quiere de la Legión y del Movimiento Regnum Christi, que queremos ser lo que Él quiere que seamos, pues somos obra suya. Le pedimos que para vivir verdaderamente la vida del Movimiento lo tomemos a Él como camino, verdad y vida».

El padre Jesús María Delgado, L.C., al referirse a la Asamblea, comentó: «En el sucederse de los días y de las reuniones, el Señor fue haciéndose presente precisamente en el hecho que se percibía el deseo común de buscar el bien del Regnum Christi, de todos y cada uno de quienes formamos parte de esta familia. Desde luego, hubo diferencia de opiniones, pero fueron acogidas y escuchadas con respeto, apertura y, en muchos casos, llegando a una postura más consensuada a partir de las aportaciones de los demás. El Espíritu Santo se expresa a través de los demás, en la oración personal, y en la humildad para saber que la propia postura puede ser enriquecida con la aportación de los demás».

«El gran reto que tenemos en este momento de nuestra historia es el de descubrir y alcanzar aquello que el Señor nos pide, crecer en la unidad entre las distintas ramas, en torno a lo que nos caracteriza, el carisma, el espíritu y la misión; y que de esa unidad muchas almas lleguen al conocimiento y amor de Jesucristo, como experiencia central de su vida», añadió el padre Jesús María.