Publicamos una entrevista que el padre John Connor, L.C., ofreció a la oficina de comunicaciones del Regnum Christi en su reciente viaje al Territorio del Norte de México.
Padre John ¿qué es lo que le dice al Señor frente a su misión actual en la Legión y en el Regnum Christi?
El Señor me ha hablado muy claro y sobre todo en este año pasado en mis ejercicios espirituales. Lo que escuché de Él fue del libro de Josué, cuando el Señor le dice que sea firme y valiente. Creo que es lo que me está pidiendo, y no sólo a mí, también a mis hermanos legionarios, como congregación, y me atrevería a decir que también a todo el Regnum Christi.
Esto implica ser firmes y valientes en nuestra vocación de apóstoles, hombres y mujeres del Reino, pues hemos recorrido un periodo de muchas pruebas por lo que seguimos trabajando fuertemente en nuestra preparación y formación para los momentos actuales.
¿Cómo ha sido el caminar del Colegio Directivo General hasta este momento?
No hay duda de que comenzar un gobierno nuevo para una organización tan grande y global, tiene sus desafíos y durante una crisis como la pandemia fue aún mayor la exigencia, sin embargo, ha sido una bendición. Ante los retos, todos respondieron con mucha generosidad, disponibilidad y muy buena voluntad, buscando iniciativas para poder reunirnos presencialmente, para conocernos, no solo tener reuniones de trabajo, también para compartir el pan, como decimos.
Una bendición particular ha sido el buen entendimiento mutuo de los miembros del colegio, en particular los tres directores generales de las instituciones federadas. Aunque tengamos cada uno nuestro punto de vista, hemos sabido estar abiertos al Espíritu Santo y alinearnos sobre los principios fundamentales.
Todos estamos agradecidos con Dios por nuestra vocación al Regnum Christi y convencidos de nuestra misión apostólica de formar apóstoles líderes para la Iglesia, y en ese espíritu deseamos implementar esta forma de gobernar, de manera colegial por el bien de la misión común.
El padre John compartiendo con varios legionarios del Territorio del Norte de México en la pasada Navidad.
Sabemos que estuvo presente en el recién Torneo de la Amistad en Chihuahua ¿cuál fue su impresión de este evento?
La experiencia del torneo fue una de las bendiciones más importantes del año para mí. Personalmente, me encantó ver algunos partidos, el profesionalismo del torneo, la organización, además de ver a todos muy felices. El hecho de celebrar 40 años de ofrecer esta experiencia a las familias y a los alumnos para mí es una señal de que Dios está presente entre nosotros.
Me encantó ver el trabajo y liderazgo de los laicos, que sin ellos no sería posible, junto a los padres, las consagradas y los laicos consagrados, fue muy inspirador y carismático para mí. El lema: “Haz la diferencia”, fue muy apropiado porque creo que es parte de nuestra misión, queremos ayudar a las personas a hacer la diferencia en el mundo, con Cristo.
En nuestra Convención Territorial surgió el tema de la formación y evangelización de líderes, y en abril del año pasado compartió una carta a los legionarios abordando este tema. Tomando en cuenta lo que menciona en esa carta ¿por qué cree usted que la parábola de los talentos (Mt 25, 15) nos ayuda entender el concepto de “líder”?
Esta parábola nos interpela porque comunica la conciencia de que Dios nos ha dado talentos y nos pide respuesta, espera que cada uno los desarrolle, siendo el talento más importante nuestra fe en Jesucristo.
En mi opinión un líder es una persona a la que Dios le ha dado talentos de modo extraordinario y espera frutos de esos dones. El hombre con talentos tiene la posibilidad de influir mucho en su campo de pericia y esa influencia puede ser de manera positiva o negativa.
En el Regnum Christi tenemos la conciencia de responder a la llamada de Dios y aprovechar los talentos que nos ha dado, por Cristo, por el Reino, por la sociedad, la humanidad y hacer una diferencia por Él.
¿Cuál cree que es el principal reto que se tiene al ayudar a una persona con talentos para que responda a Dios por los dones recibidos, con amor y generosidad?
La respuesta breve es la humildad. El mayor reto es ayudarle a ser humilde y reconocer que sus talentos vienen de Dios y no de sí mismo, que Dios merece toda la gloria y alabanza por lo que hace y puede hacer en su vida. Cuando un líder es humilde y reconoce a Dios y a los demás, hace que otros se abran a esa misma gracia, porque el hombre se abre a la humildad.
Y después motivarlos en la valentía de cambiar esquemas mentales personales, de trabajo, de cómo ve el mundo. Ser valiente, predicar el Evangelio con humildad, usando sus dones y talentos en la sala de juntas, con su familia, sus amigos. Valiente hablando de Cristo, humildad y valentía para ser diferente.
¿Qué consejos daría a los laicos del Regnum Christi para lograr la evangelización de líderes?
El primer consejo sería asimilar y vivir los Estatutos, el número 33 que habla muy claramente sobre este aspecto de nuestra misión. Hablar de esto en mi equipo, en mi sección y luego en la localidad, alinearnos en la asimilación y vivencia de ese aspecto de nuestra espiritualidad y misión. Asimilación de lo que Dios nos pide por medio de los estatutos.
El segundo consejo sería poner atención en la propia formación. Un miembro del Regnum Christi tiene que desarrollar su propio liderazgo centrado e iluminado por el Evangelio. Eso tiene que ser una prioridad para cada uno y como organización creo que podemos mejorar la formación de todos. Que tengan mayor claridad de cómo un miembro del Regnum Christi se capacita en su propio liderazgo cristiano: intelectual, apostólico, humana y socialmente.
Otro consejo es que cada uno, cada equipo, cada sección debe preguntarse ¿qué necesita la iglesia local en este campo?, ¿hay un esfuerzo de la iglesia local para formar a los laicos en su capacidad de liderazgo?, ¿qué podemos aportar nosotros como miembros del Regnum Christi? Con mucha humildad, sencillez y gratitud a Dios por nuestra misión ¿qué podemos aportar?
Podemos aprovechar más de nuestras instituciones para servir a los católicos a nivel local, ¿cómo? Esa es la pregunta apostólica y hay mucho campo en esta área para México y para el mundo. Cada uno debe llevar esta pregunta a la oración, pedir luz y gracias de Cristo, pedir valentía y humildad para lanzarnos.
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