«La Congregación, dedicada al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen de los Dolores, reconoce como patronos celestiales a san Juan Evangelista y a san Pablo Apóstol. Como especiales protectores invoca a san José, Esposo de María, y a san Miguel Arcángel».
Espiritualidad de la Legión
La Legión de Cristo está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen de los Dolores
— Constituciones de la Congregación de los Legionarios de Cristo, 7.
Patronos celestiales
Protectores especiales
El espíritu de la Legión de Cristo
Cristocentrismo
El cristocentrismo constituye la característica fundamental y específica del espíritu legionario. Por ello, ayudados por la gracia divina, los legionarios se esfuerzan para que Jesucristo sea el criterio, el centro y el modelo de toda su vida religiosa, sacerdotal y apostólica. Buscan conocerlo, amarlo y experimentarlo íntimamente, sobre todo en el Evangelio, la Eucaristía y la cruz; y procuran imitarlo de modo especial en la entrega al prójimo.
Culto al Sagrado Corazón de Jesús
El legionario tiene en el culto al Sagrado Corazón un camino privilegiado para formar un corazón sacerdotal manso y humilde y propagar su Reino en el mundo (cf. Mt 11,28-30). En el Corazón de Cristo encuentra el amor misericordioso de Dios que le lleva a abrazar la cruz en la propia vida, reparar los pecados y entregarse a los hombres.
Caridad, corazón del
espíritu de la Legión
La caridad entraña la donación universal y delicada al prójimo. Por ello, fomenten los legionarios la servicialidad ingeniosa y abnegada; traten a los demás con bondad y sencillez; aprendan a ser misericordiosos con la debilidad del prójimo; alaben lo bueno, rechacen la envidia y eviten la murmuración.
El Reino de Cristo
La instauración del Reino de Cristo constituye el ideal que inspira y dirige a la Congregación. Su lema, «¡Venga tu Reino!» (Mt 6,10), expresa este anhelo. Por ello: 1º en su vida personal los legionarios profundicen en la riqueza de su consagración bautismal, para que Cristo reine en sus vidas por medio de la progresiva transformación en Él; 2º déjense penetrar por el amor de Cristo hacia la humanidad, y busquen que Él reine en el corazón de todos los hombres; 3º a la luz de la eternidad y considerando la brevedad de la vida, ponderen el valor de cada alma y la urgencia de la misión.
Contemplativo y Evangelizador
El espíritu del legionario es contemplativo y evangelizador: 1º por su carácter contemplativo, los legionarios buscan la oración, la unión con Dios, el silencio y la reflexión, y dan prioridad a la acción divina en su propia santificación y apostolado; 2º por su carácter evangelizador, se entregan con amor apasionado y celo a la tarea de anunciar el Reino y hacer llegar la luz del Evangelio a todo el mundo.
El Espíritu Santo, consolador y dulce huésped del alma, es el artífice de nuestra transformación en Cristo y nos sostiene en la misión de instaurar su Reino. Por ello, cultivamos una relación íntima con Él, pedimos sus dones y el incremento de las virtudes teologales. Queremos ser dóciles a sus inspiraciones, para caminar fielmente por el sendero de la voluntad de Dios
Siendo la Iglesia el Cuerpo místico de Cristo y presencia de su Reino en el mundo, la Legión de Cristo sólo tiene razón de ser en la Iglesia, para la Iglesia y a partir de la misión sobrenatural y humana de la Iglesia. Por tanto, los legionarios, estamos
- ámenla apasionadamente; siéntanse solidarios con sus penas y alegrías; dense a ella con espíritu de servicio y vivan hondamente la conciencia de su misión dentro de ella;
- adhiéranse con amor filial al Romano Pontífice, estudien y divulguen sus enseñanzas, lleven a la práctica no solo sus mandatos, sino también sus orientaciones, promuevan sus iniciativas y defiendan con valor el carisma de su primado y Magisterio;
- respeten con espíritu de fe a los obispos como a sucesores de los Apóstoles, colaboren con ellos y vivan en comunión fraterna con el presbiterio.
María es el modelo más acabado y el testimonio más elocuente de la nueva creatura surgida del poder redentor de Cristo y nos fue dada como Madre al pie de la cruz (cf. Jn 19, 25-27). Por ello, los legionarios:
- ámenla tierna y filialmente, cultiven la devoción a Ella, que se expresa especialmente en la imitación de sus virtudes;
- encomiéndenle su vida apostólica ya que, como Madre y Reina de los Apóstoles, cooperó de modo singularísimo en la obra del Salvador y es ejemplo del amor maternal que ha de animar a todos los que, en la Iglesia, cooperan en la redención de los hombres
Conscientes de que Cristo nos amó primero y nos llamó a seguirlo, los legionarios tenemos en sumo aprecio la propia vocación. Concebimos por ella un amor creciente y, para realizarla plenamente, abrazamos de manera afectiva y efectiva la Legión y el Regnum Christi, su espíritu, estilo de entrega y apostolado específico. Nos sentimos parte viva y operante de esta gran familia, aportando las propias cualidades en la misión que ella tiene encomendada.
Congregados por Cristo en una grande y única familia, y unidos por una común vocación, los legionarios fomenten el espíritu de cuerpo y la unión de corazones. Promuevan la comunión y colaboración entre los diferentes componentes del Regnum Christi.