«Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor»
Concluye la primera parte del Capítulo General extraordinario de los legionarios de Cristo
En el sitio web del Capítulo se pueden encontrar las reseñas de las actividades, una breve biografía de los padres capitulares, una fotogalería, vídeos, el área de prensa y las comunicaciones.
El 26 de marzo el P. Eduardo Robles-Gil, LC, presidió la celebración eucarística con la que inició la primera sesión del Capítulo General extraordinario. Durante la homilía, el padre Eduardo dijo: «El Capítulo es y debe ser un momento de gracia. Lo es por la presencia especial de Dios nuestro Señor. Lo es porque está en las intenciones de Dios y lo es porque también nosotros lo pedimos con gran fervor. Será gracia para cada uno, si dejamos que el Espíritu Santo realmente llene nuestros corazones y encienda en nosotros el fuego de su amor. Y sólo desbordados de su amor seremos buenos instrumentos de Él en estos días. Será el Capítulo gracia para la Legión y el Regnum Christi porque saldremos renovados por su presencia y su acción sobre nosotros mismos y sobre todo el Movimiento. El amor de Dios a su Legión y a su Movimiento es grande».
«Esta es la sabiduría de Dios: morir para tener vida. Ojalá en medio del esfuerzo, del cansancio y la tensión, podamos ser hombres espirituales abiertos a la sabiduría del Señor que viene de lo alto. Todos tenemos ideas, principios, convicciones, pero debemos saber que la sabiduría de Dios es incomparablemente más grande que la sabiduría de los hombres», añadió. Finalmente, comentó: «El Evangelio nos invita en este momento a partir del corazón, a partir del amor para poder perseverar como un solo pueblo, con un solo espíritu en el corazón de Dios. Y pedirle a Dios con la oración de hoy: Mira la fragilidad de nuestra naturaleza y levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la pasión de tu Hijo. Dispuestos a ser lo que debemos ser, podremos “encender su fuego en el mundo”».
Los trabajos del capítulo se interrumpieron el Jueves Santo para participar en las celebraciones del Triduo Sacro y reiniciaron el lunes de Pascua.
El P. David Koonce, LC, comentó: «Fue maravilloso encontrarme con padres que ya conocía y otros que sólo conocía por su nombre. Algunos de los padres capitulares fueron mis compañeros en formación y me llenó de admiración encontrarme con ellos en el Capítulo, con ese sentido de responsabilidad para la Legión y para el Movimiento, con espíritu fraterno. La convivencia fue serena, incluso en los momentos de debate y de más tensión en el aula, que son normales en un capítulo, pues es un momento de deliberación y para deliberar uno tiene que ver las diversas partes y sopesar los argumentos. Hablamos con mucha franqueza, pero también con buen humor y el deseo de entender el punto de vista del otro».
«Para interpretar las conclusiones del Capítulo, creo que hay que tomar en cuenta que éste se divide en dos sesiones y que hemos tomado nuestro tiempo para deliberar y ver los temas que se nos presentaron, con mucha calma, con libertad de espíritu, no tomando decisiones definitivas, pero sí dando orientaciones claras que esperamos que sean parte de la conversación que va a continuar en la Asamblea General. Estamos cerrando esta etapa del Capítulo con una gran esperanza de lo que saldrá en la Asamblea. El Espíritu Santo va hablando a través de posiciones que, en un primer momento, pueden parecer contrastantes, pero que en el fondo reflejan unas intuiciones comunes que se van descubriendo con el tiempo», añadió el P. David Koonce, LC. Y finalizó diciendo: «Dentro del Capítulo, el trabajo más típico se desarrolló en sesiones plenarias, donde cada uno tuvo la oportunidad de hablar; también teníamos alguna sesión de trabajo en círculos menores. Así fuimos avanzando entre todos, a la luz del material que habíamos recibido anteriormente: los resultados de la Asambleas, material del Archivo Histórico General, y las cartas que llegaron al buzón del Capítulo General (466 páginas en A4). Tuvimos muy en cuenta todo ese material porque creímos que era importante llevar en nuestro corazón las esperanzas e inquietudes de todos los que habían aportado algo a este proceso».
El P. Vincent McMahon, LC, comentó: «Lo que más me impresionó desde el inicio del Capítulo fue el sentido de oración y de compromiso apostólico de los padres capitulares. Ver la acción de Dios en cada uno y en el grupo. Hemos visto muchos aspectos de la colaboración entre las ramas consagradas y con los laicos y tenemos mucha esperanza para lanzar al Movimiento en ese sentido».
El P. Rafael Pacanins, LC, dijo: «Es la primera vez que asisto a un Capítulo General. Al inicio uno viene con muchas expectativas, con miedos de lo que vaya a salir, con dudas porque no sabes qué va a pasar o cómo va a ser. Sí hubo momentos duros y bastante difíciles. Hoy experimento un consuelo grande del Espíritu Santo porque veo una unidad muy fuerte en la Legión y en el Regnum Christi. Veo aprecio, fraternidad, amor a la Iglesia. Veo que mis hermanos legionarios tienen una identidad muy fuerte de ser Regnum Christi y de ser conscientes de que el Regnum Christi es la misión principal del legionario de Cristo. Esta experiencia me ha renovado mucho y quiero regresar a mi trabajo pastoral a seguir entregándome y más enamorado de la Legión y del Regnum Christi».
«Tuve la oportunidad de tener muchos momentos de diálogo personal con el P. Ghirlanda y me llamó la atención el que nos conozca tan a fondo, nuestro carisma y cada una de las vocaciones del Regnum Christi. Creo que no es un trabajo fácil después de ocho años. En el Capítulo nos estuvo escuchando seis horas diarias, explicando, iluminándonos, mostrando las diversas opciones y no imponiéndose. Salgo edificado y muy agradecido porque es un instrumento de Dios que la Iglesia puso en nuestro camino para acompañarnos», añadió el P. Rafael Pacanins, LC.
El 7 de abril se tuvo una concelebración eucarística en acción de gracias a Dios presidida por el padre Eduardo Robles-Gil, L.C., en la capilla del Colegio Internacional.
Al final de la celebración eucarística, el P. Eduardo agradeció a todos los legionarios y miembros del Movimiento por la comunión de oraciones en este período; asimismo, agradeció al P. Gianfranco Ghirlanda, S.I., asistente pontificio, por el apoyo y cercanía de la Iglesia durante el Capítulo General.
Por la tarde siguieron algunas sesiones conclusivas del Capítulo, una oración a la Santísima Virgen María en la gruta para dar gracias y encomendar las siguientes etapas del proceso, y un encuentro con los laicos consagrados y con las consagradas que estaban reunidas en su Asamblea General extraordinaria.