Historia de la espiritualidad legionaria

Ciudad de México, 1946: la primera comunidad de novicios de la Legión de Cristo.

España, 1963: un novicio mientras limpia el texto Christus vita vestra, del pórtico del noviciado de Salamanca.

Cristocentrismo

El cristocentrismo es la característica principal de la espiritualidad legionaria. Al inicio se presentaba sobre todo como la primordial orientación espiritual de la formación de los novicios, actuable desde los primeros pasos en la Congregación. Ya en las Constituciones de 1948 se habla de «formación cristocéntrica» y se requiere que «Jesucristo sea el criterio, el centro y el ejemplo de toda la vida espiritual» de los novicios. Inmediatamente después de la creación del noviciado de Salamanca, en los primeros meses de 1959, la primera generación de novicios de ese centro puso sobre el pórtico de entrada un escrito con una frase emblemática: Christus vita vestra.

La versión de 1965 de las Constituciones detalló con más claridad aquel texto de 1948: la formación cristocéntrica de los novicios tendría como finalidad que Cristo fuese el «criterio, el centro y el modelo de toda la vida religiosa, sacerdotal y apostólica». Un programa bien preciso. En 1969, la comunidad del Centro de estudios superiores de Roma, organizada en equipos de estudio, publicó ad intra una obra en nueve volúmenes, que explica la fisonomía del religioso legionario.

Se titula Un legionario debe ser y parte de 24 definiciones precisas. El último de estos puntos determinaba que un legionario tendría que ser Alter Christus, otro Cristo. Según los autores, aquellos principios debían ser una «síntesis de ese aliento maravilloso de Dios con el que se transforma nuestra vieja arcilla en un hombre nuevo: Jesucristo. En Él, la Legión y el legionario encuentran su centro, su explicación, su razón de ser, su principio y fin, su ideal y camino, su verdad y su vida». Desde entonces, se escribió una ficha con aquellos principios y se comenzó a colocar sobre los escritorios de estudio o de trabajo de los Legionarios de Cristo. Dos años después, estas mismas definiciones fueron añadidas al Manual del Regnum Christi de 1971: de hecho, también el «apóstol del Regnum Christi», es decir, el «hombre del Reino» debía «ser otro Cristo».

Caridad

En las páginas iniciales del diario de 1941 se lee entre las anotaciones generales de los Estatutos y Horarios de la «Apostólica Misional del Sagrado Corazón de Jesús» cómo «los superiores exigirán que el trato entre los hermanos esté impregnado de caridad». En la revista Regnabit de 1945 se lee:

«como Cristo Jesús es nuestro modelo y nosotros, ayudados de su divina gracia tratamos de imitarlo, la virtud de la caridad para con nuestro hermanos debe sobresalir entre las demás. A diario se nos inculca por nuestros superiores y nosotros trabajamos por llevarla a la práctica, tratando a nuestros compañeros con mucha delicadeza, circunspección y modestia, sin distiguir a ninguno, ni lastimar sus sentimientos con murmuraciones o desprecios».

Por tanto, desde los documentos más antiguos la caridad emerge como la virtud principal a practicar para los futuros religiosos de la Congregación y tal permaneció luego.

La centralidad de la caridad fue confirmada también cuando desde fines de los años 60 llegaron los laicos del Regnum Christi en cada una de sus ramas. La primera versión del Manual del Regnum Christi de 1969 coloca a la caridad, considerada como «distintivo y fuerza apostólica», entre las «líneas fundamentales de la espiritualidad» que «debe ondear al frente de cualquier empresa del Movimiento»; el Regnum Christi «recoge este mandato de Cristo y esta herencia de los primeros cristianos y hace de ellos un programa» ya que la «caridad es la verdadera fuerza de impacto apostólico, el verdadero y sintético testimonio cristiano que encierra en sí toda la garra y el mordiente evangelizador y santificador del cristianismo».

Estados Unidos, 31 de mayo de 1997: momento de una consagración a la Virgen de las comunidades de apostólicos, precandidatos y candidatos de la Apostólica dedicada a la Inmaculada Concepción.

Vaticano, Aula Pablo VI, 2004: foto de grupo de jóvenes colaboradores del Regnum Christi con san Juan Pablo II que además puso su firma en latín.

Roma, 30 de junio de 1983: el Card. Eduardo Pironio firma la aprobación definitiva de las Constituciones que llevan la fecha del día precedente, en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y San Felipe Mártir acompañado de su secretario personal, el padre Fernando Vérgez, LC.

Otros aspectos de la espiritualidad

En años más recientes, el cristocentrismo y la caridad fueron confirmados como características específicas de la espiritualidad en todos los textos institucionales de la Congregación. Tales escritos, además de estos y del culto al Sagrado Corazón de Jesús, han acentuado también otros aspectos de la espiritualidad como el ideal descrito como «instauración del Reino de Cristo», el espíritu «contemplativo y evangelizador», el amor al Espíritu Santo, a la Iglesia, al papa, a María y a la propia vocación y la importancia de fomentar el «espíritu de cuerpo y la unión de corazones».

Al presentar las Constituciones aprobadas en 1983, el Card. Eduardo Pironio exhortó a los legionarios presentes con las siguientes palabras: «Amad a Cristo, amad a María, amad a la Iglesia, amad a la Legión».

Todas estas líneas esenciales aparecen también en el documento Lineamentos del carisma del Movimiento Regnum Christi de octubre de 2012: «en este cuadro la espiritualidad del Regnum Christi propone que sus miembros cultiven de manera particular cinco amores sobrenaturales: el amor a Jesucristo, el amor a la Iglesia y al Papa, el amor a la Santísima Virgen María, el amor a las almas, el amor al Regnum Christi».

Devociones, protectores y patronos

El 3 de enero de 1941 era un viernes primero del mes, día consagrado al Sagrado Corazón de Jesús según la práctica devocional revelada a santa Margarita María de Alacoque. El diario de la «Apostólica Misional del Sagrado Corazón de Jesús» cuenta cómo todos los primeros viernes del mes en aquel seminario se debía cantar la Santa Misa, hacer un retiro y exponer el Santísimo Sacramento y como cada viernes, todas las semanas, se rezaban las Letanías al Sagrado Corazón. Asimismo la crónica indica que con ocasión de la fiesta del Sagrado Corazón de 1941, la primera celebrada por la que entonces era aún una comunidad minúscula, se colocó solemnemente una estatua del Sagrado Corazón sobre el altar de la capilla del seminario menor. Todos los apostólicos luego se consagraron al Sagrado Corazón que, en aquellos años iniciales precedentes al reconocimiento por parte de la Santa Sede, tenía un sabor particular en cuanto que para ellos sustituía de alguna manera los votos religiosos. Un párrafo de esa cronología ilustra este aspecto:

«el vínculo de unión o ligamen con que se mantienen unidos los individuos de las comunidades religiosas son los votos religiosos temporales o perpetuos. Y así esta Congregación en ciernes, debería de tener cierto compromiso voluntario y libre del alma con el Corazón Divino de Jesús, por medio de la consagración personal de sí mismo, como medio de unión íntima de corazón de cada uno, para la propia santificación y perseverancia en la vida religiosa que se pretende abrazar».

No es una casualidad que en septiembre de 1947, los chicos mexicanos que habían terminado su noviciado, dado que no podían emitir sus votos, pues la erección canónica todavía no se producía, se trasladaron a la ciudad de Paray-le-Monial en Francia para consagrarse al Sagrado Corazón de Jesús en la basílica símbolo de su devoción.

En las Constituciones de 1948 el Sagrado Corazón de Jesús queda indicado como celeste y primordial patrón, mientras las Constituciones de 1965 precisaron que la Congregación le estaba dedicada. Esta dedicación permanece aún en las Constituciones de 2014, que especifican aún más cómo el Legionario tenga:

«en el culto al Sagrado Corazón un camino privilegiado para formar un corazón sacerdotal manso y humilde y propagar su Reino en el mundo. En el Corazón de Cristo encuentra el amor misericordioso de Dios que le lleva a abrazar la cruz en la propia vida, reparar por los pecados y entregarse a los hombres».

Todos los textos constitucionales colocan junto a la devoción al Sagrado Corazón, la de la Virgen de los Dolores, cuya memoria cae el 15 de septiembre. En esa fecha, tradicionalmente cientos de legionarios de Cristo desde 1948 han entrado al noviciado y han recibido el hábito religioso en una ceremonia llamada «entrega del uniforme», o bien han emitido su primera profesión religiosa. La Congregación tiene también otros patronos y protectores: desde 1948 san Juan Evangelista es considerado como «patrón celestial», mientras los «protectores especiales» son san José, san Miguel Arcángel y san Pablo Apóstol.

Particularmente en los primeros años, las capillas de los centros legionarios estaban adornadas con estatuas de algunos de estos santos, colocadas a los lados del altar. Con la finalidad de honrarles, los Legionarios de Cristo celebran dignamente las respectivas fiestas anuales procurando, como se decía en el manual de Principios y normas de 1984, «vivir con profundidad, con espíritu de fe y con alegría estas fiestas para encontrar en ellas la fuerza en su camino hacia Dios y para renovarse espiritualmente». Estas devociones con el tiempo se han convertido en patrimonio espiritual del Movimiento Regnum Christi.

Los Estatutos privados de 1988 establecían que los miembros tenían que actuar una «auténtica devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que consiste en la verdadera piedad, en el amor personal, fiel y apasionado a Él, ejemplo, camino y vida del alma, y en su imitación por la práctica de todas sus virtudes».

El mismo documento designa como protectora del primer grado a la Virgen Inmaculada «por la autenticidad en las vivencias de las exigencias de su fe, por su sumisión a la voluntad de Dios, por su piedad, por su humildad, por la caridad para con el prójimo, por su gratitud, por su fortaleza en el dolor, por su libertad de cara a los bienes materiales en la pureza y pobreza de vida y por la entrega gozosa a los deberes familiares », como protector del segundo grado a san Pablo en cuanto «conocedor profundo del plan salvífico de Dios, enamorado personal de Cristo y apóstol incansable de su Reino» y como protectores del tercer grado a san Pablo «modelo de amor a Cristo y de celo infatigable por la expansión del Reino» y a san Juan Evangelista «discípulo de la consagración virginal a Cristo, del amor, de la unidad y de la fidelidad».

Recientemente, en los Estatutos aprobados en 2013, los laicos consagrados invocan como patrono a san Pablo «modelo de configuración con Cristo y de apóstol apasionado de la evangelización», mientras que las consagradas reconocen como propias las mismas devociones de los Legionarios.

Es importante recordar cómo cada año los miembros del Movimiento se reúnen en las distintas localidades para celebrar juntos el Día del Regnum Christi con ocasión de la solemnidad de Cristo Rey. Este aspecto de la espiritualidad fue subrayado por el delegado pontificio De Paolis que en una homilía que dio en el Santuario de la Virgen de los Dolores en Rho, Italia, el 11 de noviembre de 2012, precisamente en la Solemnidad de Cristo Rey, dijo: «Y en modo particular me dirijo a ustedes que pertenecen al Movimiento Regnum Christi: es el Reino de Dios, que poseen ustedes en el corazón, es el Reino de Dios que ustedes quieren custodiar y redescubrir. Es de este Reino del que quieren ser testigos y apóstoles».

Ciudad de México, 1946: Capilla de la «Apostólica Misional del Sagrado Corazón de Jesús». Sobre el altar se ve la estatua del Sagrado Corazón de Jesús, a la izquierda la estatua de san Juan Evangelista, y a la derecha la de san José.

Roma, Curia general de los Legionarios de Cristo, 1956: momento de una celebración eucarística; se puede ver el altar de la capilla que tiene a la izquierda la estatua de la Virgen y a la derecha la de san José.

España, 15 de septiembre de 1962: en el día de la Solemnidad de la Virgen de los Dolores, un numeroso grupo de legionarios del Noviciado de Salamanca emite la primera profesión religiosa en la capilla del centro.

Italia, Rho, 11 de noviembre de 2012: foto de grupo del delegado pontificio, Velasio de Paolis, CS, con el pro-director general P. Sylvester Heereman, LC, y otros legionarios de Cristo y miembros del Regnum Christi el día de la Solemnidad de Cristo Rey.

Esta sección ha sido tomada de la publicación «Historia Institucional de la Congregación de los Legionarios de Cristo y del Movimiento Regnum Christi» (2015) a cargo del Archivo Histórico General de la Legión de Cristo y del Regnum Christi y publicada con ocasión del 75° aniversario de la Congregación.

Textos: Salvatore Luciano Bonventre | Traducciones: P. Gonzalo Franco, LC | Selección de fotografías: Salvatore Luciano Bonventre y Luigi Baldassarri | Coordinacción: P. Jaime Rodríguez, LC y P. Rodrigo Ramírez, LC