En 1966, con la Carta Apostólica Ecclesiae Sanctae, el papa Pablo VI «con el fin de promover una adecuada renovación» invitó a todos los institutos religiosos a convocar un capítulo general.
Por este motivo, y también porque ya se había conseguido el Decretum laudis y era, por tanto, necesario comenzar una nueva fase de institucionalización, el 21 de junio de 1968 fue convocado un Capítulo General extraordinario, que sería el primero en la historia de la Congregación. Se llevó a cabo en dos sesiones distintas: la primera en Roma en 1968 y la segunda en Dublín en 1969. En él participaron 17 padres capitulares que eligieron por primera vez los cuadros de gobierno y elaboraron dos documentos sucesivos: el Mensaje del Capítulo General a todos los Legionarios (1968) y la Comunicación de los Padres Participantes en el primer Capítulo General a todos los religiosos de la Legión al término de las sesiones celebradas durante el segundo periodo, agosto-octubre 1969 (1969).
Ambos textos subrayaban la adhesión plena de la Congregación a la Iglesia y al papa en aquellos primeros años del postconcilio, la importancia para todos los Legionarios de observar el espíritu de las Constituciones, la trascendencia de la corresponsabilidad en la realización de la misión asignada y el carácter imprescindible de una profunda preparación apostólica en todos los campos para poder afrontar el crecimiento en las distintas actividades y obras que se estaba dando.