La figura del P. Marcial Maciel, LC

2001 – 2006

Investigación canónica

Históricamente, el fundador de la Legión de Cristo y del Regnum Christi fue el P. Marcial Maciel, sacerdote mexicano que nació en Cotija de la Paz, Michoacán, en 1920 y murió en Jacksonville en Florida, Estados Unidos, el 30 de enero de 2008. Fue superior y después director general de 1948 a 2005.

En el 2004 la Congregación para la Doctrina de la Fe abrió, a norma del Motu proprio de Juan Pablo II Sacramentorum sanctitatis tutela del 2001, una investigación canónica que concluyó en 2006. De hecho, el 19 de mayo de aquel año la Santa Sede divulgó un comunicado sobre el caso con la siguiente información:

«Después de haber sometido los resultados de la investigación a un atento estudio, la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo la guía del nuevo prefecto, Su Eminencia el cardenal William Levada, ha decidido, teniendo en cuenta tanto la edad avanzada del reverendo Maciel como su débil salud, renunciar a un proceso canónico e invitar al padre a una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público. El Santo Padre ha aprobado estas decisiones. Independientemente de la persona del fundador, se reconoce con gratitud el benemérito apostolado de los Legionarios de Cristo y de la asociación Regnum Christi».

El progresivo descubrimiento de la doble vida del fundador provocó obviamente una serie de crisis tanto en la Legión de Cristo como en el Regnum Christi. La Santa Sede vio por tanto necesario realizar una Visita Apostólica; en el Comunicado conclusivo del 1 de mayo de 2010 se lee:

«La Visita Apostólica ha podido comprobar que la conducta del P. Marcial Maciel Degollado ha causado serias consecuencias en la vida y en la estructura de la Legión, hasta el punto de hacer necesario un camino de profunda revisión. Los comportamientos gravísimos y objetivamente inmorales del P. Maciel, confirmados por testimonios incontestables, representan a veces auténticos delitos y revelan una vida carente de escrúpulos y de verdadero sentimiento religioso. Dicha vida era desconocida por gran parte de los Legionarios» paralelamente, los superiores de la Congregación pusieron en marcha un proceso de introspección institucional.

2010 – 2014

Comunicados del gobierno general

Con un comunicado del 25 de marzo de 2010, el gobierno general y todos los directores territoriales reconocieron públicamente los hechos inmorales atribuidos al P. Maciel y los condenaron, pidiendo perdón a las víctimas. Ellos afirmaron que

«frente a la gravedad de las faltas, no podemos mirar su persona como un modelo de vida cristiana o sacerdotal».

El 6 de diciembre de 2010, ya bajo la guía del delegado pontificio, el gobierno general aprobó un decreto que contenía algunas disposiciones con respecto a la figura del P. Maciel e indicaba criterios sobre el modo de referirse a él, el uso de sus escritos, discursos y fotografías, los aniversarios de acontecimientos de su vida y el uso de los inmuebles de la Congregación existentes en su pueblo natal en México. Más tarde, en enero de 2012, se dieron otras instrucciones sobre el aniversario de su muerte. Este camino introspectivo prosiguió con la celebración del Capítulo General extraordinario: con un mensaje del 6 de febrero de 2014 los padres capitulares ilustraron su posición sobre el fundador:

«queremos expresar nuestro hondo pesar por el abuso de seminaristas menores de edad, los actos inmorales con hombres y mujeres adultos, el uso arbitrario de su autoridad y de bienes, el consumo desmesurado de medicamentos adictivos y el haber presentado como propios escritos publicados por terceros. Nos resulta incomprensible la incoherencia de seguirse presentando durante décadas como sacerdote y testigo de la fe, mientras ocultaba estas conductas inmorales. Todo esto lo reprobamos firmemente (…) reconocemos con tristeza la incapacidad inicial de creer los testimonios de las personas que habían sido víctimas del padre Maciel, el largo silencio institucional y, más adelante, los titubeos y errores de juicio a la hora de informar a los miembros de la Congregación y a las demás personas. Pedimos perdón por estas deficiencias que han aumentado el dolor y desconcierto de muchos».

Después en el punto 11° del Comunicado capitular, titulado significativamente «El plan de Dios y el papel limitado del fundador», se lee:

«Siguiendo la doctrina común sobre los institutos religiosos en la Iglesia, la Legión de Cristo y sus rasgos esenciales no tienen su origen último en la persona del fundador; son un don de Dios que la Iglesia ha acogido, aprobado y hecho propio y que desde entonces vive en la Congregación y en sus miembros. Por tanto, al hablar de nuestro carisma fundacional no debemos mirar solo el impulso inicial de Dios o cómo el fundador ha acogido esta gracia en su vida, sino reconocemos que estamos delante de un carisma ya configurado e institucionalizado en la Iglesia. Dios nos ha confiado este don, y en nuestra Congregación, con todas sus vicisitudes históricas, podemos descubrir su plan providente».

Basílica de san Juan de Letrán, Roma, 14 de diciembre de 2013: Card. Velasio de Paolis sacerdotes a 31 Legionarios de Cristo.

Roma, 1 de junio de 2004: encuentro entre el Card. Joseph Ratzinger, entonces, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el P. Álvaro Corcuera, LC, entonces rector del Centro de estudios superiores.

2010

Intervenciones del Card. Velasio de Paolis y del Papa Benedicto XVI

Sobre el fundador y su relación con la Legión de Cristo y el Regnum Christi se han expresado también las principales autoridades eclesiásticas competentes, es decir, el delegado pontificio, Velasio De Paolis y el papa Benedicto XVI.

En una carta a los Legionarios de Cristo y a los miembros del Regnum Christi, el delegado pontificio explicaba que:

«La mayor parte de los legionarios, ante la situación del Fundador, ha reaccionado positivamente reafirmando la gratitud a Dios por su vocación y descubriendo todo el bien que la Legión había realizado y está realizando todavía. Por lo demás, la Legión ha sido aprobada por la Iglesia y no puede no ser considerada como una obra de Dios, al servicio de su Reino y de la Iglesia. Las responsabilidades del fundador no pueden ser transferidas simplemente a la misma Legión de Cristo».

Por su parte el papa Benedicto XVI, en el libro entrevista Luz del mundo: el Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos. Una Conversación con Peter Seewald, publicado por la Libreria Editrice Vaticana en 2010, después de aclarar cómo fue «necesario tener pruebas ciertas para estar seguros de que las acusaciones tenían un fundamento», comentó que:

«Para mí, Marcial Maciel sigue siendo una figura enigmática. Por una parte, una vida que, como ahora sabemos, se encuentra fuera de la moralidad, una vida de aventuras, disipada, extraviada. Por otra parte, vemos el dinamismo y la fuerza con la que construyó la comunidad de los Legionarios. Entretanto hemos llevado a cabo una Visita Apostólica y nombrado a un delegado que, con un grupo de colaboradores, prepara las reformas necesarias. Naturalmente, hay que hacer correcciones, pero, en términos generales, es una comunidad sana. Hay en ella muchas personas jóvenes que quieren servir con entusiasmo a la fe. No se debe destruir ese entusiasmo. Muchos de ellos partieron de una figura falsa, pero al final se han visto llamados a adherir a una correcta. Este es el hecho notable, la contradicción: que, por así decirlo, un falso profeta haya podido tener un efecto positivo. A esos jóvenes hay que darles un nuevo aliento. Hace falta una estructura nueva para que no caigan en el vacío, sino que, rectamente conducidos, puedan prestar un servicio a la Iglesia y a los hombres».

Esta sección ha sido tomada de la publicación «Historia Institucional de la Congregación de los Legionarios de Cristo y del Movimiento Regnum Christi» (2015) a cargo del Archivo Histórico General de la Legión de Cristo y del Regnum Christi y publicada con ocasión del 75° aniversario de la Congregación.

Textos: Salvatore Luciano Bonventre | Traducciones: P. Gonzalo Franco, LC | Selección de fotografías: Salvatore Luciano Bonventre y Luigi Baldassarri | Coordinacción: P. Jaime Rodríguez, LC y P. Rodrigo Ramírez, LC