Sede Vacante

Tras el fallecimiento del Papa Francisco, la Iglesia ha entrado en el período conocido como sede vacante. Este tiempo se abre oficialmente una vez que el Cardenal Camarlengo constata su muerte y lleva a cabo los actos simbólicos y jurídicos correspondientes: el cierre de los aposentos pontificios, la destrucción del anillo del Pescador y la notificación formal a toda la Iglesia. Durante este intervalo, cesa el ejercicio de la autoridad papal y la administración ordinaria de la Iglesia queda confiada al Colegio de Cardenales, que actúa con prudencia y dentro de los límites establecidos por la ley canónica. No se permite tomar decisiones que comprometan el futuro de la Iglesia universal, reservadas únicamente al nuevo pontífice.

La sede vacante es, para toda la comunidad eclesial, un tiempo de silencio, oración y esperanza. En este espíritu, los cardenales menores de 80 años se preparan para participar en el Cónclave, que se celebrará en la Capilla Sixtina bajo condiciones de estricta confidencialidad y recogimiento. Este momento solemne y profundamente espiritual busca, por medio del discernimiento comunitario y la guía del Espíritu Santo, elegir al nuevo Sucesor de Pedro. Mientras tanto, la Iglesia camina unida, sostenida por la promesa de Cristo de estar siempre con ella.

Actualmente, el Colegio cardenalicio está compuesto por 252 cardenales, de los cuales 135 son electores (tienen derecho a voto en el Cónclave porque tienen menos de 80 años) y 117 son no electores (tienen 80 o más años). 

El Papa ejerce en la Iglesia Católica el oficio de Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal. Junto con el Colegio de los Obispos -del que el Papa es la Cabeza- se constituye en sujeto de la potestad suprema y plena sobre toda la Iglesia (cfr. cánones 331 y 336).

A través de los siglos, los Papas han regulado con normas la elección del Sucesor de Pedro. Hasta 1996 estaba en vigor la Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo del 1 de octubre de 1975. Bajo esta Constitución se procedió a la elección de Juan Pablo I y Juan Pablo II, en agosto y octubre de 1978 respectivamente.

Actualmente está en vigor la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, sobre la vacante de la Sede Apostólica y la elección del Romano Pontífice, del 22 de febrero 1996. Sus artículos están precedidos por la experiencia de muchos siglos y bastantes de ellos proceden de las leyes anteriores sobre la elección del Romano Pontífice.

Inicia un período que se llama de Sede Vacante. Durante este período rige el principio de nihil innovetur («que no se innove nada»). El gobierno de la Iglesia queda confiado al Colegio de los Cardenales solamente para el despacho de los asuntos ordinarios o de los inaplazables y para la preparación de todo lo necesario para la elección del nuevo Pontífice.

El artículo 1 señala que «el Colegio de los Cardenales no tiene ninguna potestad o jurisdicción sobre las cuestiones que corresponden al Sumo Pontífice en vida o en el ejercicio de las funciones de su misión; todas estas cuestiones deben quedar reservadas exclusivamente al futuro Pontífice».

Durante la Sede Vacante, el Colegio de Cardenales puede reunirse en dos tipos de reuniones: las Congregaciones Generales y las Congregaciones Particulares.

A la Congregación General deben asistir todos los Cardenales no impedidos legítimamente; pueden ausentarse los Cardenales que no tienen derecho a participar en la elección del Papa. En ella se deciden los asuntos de mayor importancia, y deben celebrarse a diario. Los asuntos se deciden por mayoría simple de votos. La Congregación Particular la forman el Cardenal Camarlengo y otros tres Cardenales elegidos por sorteo, llamados Asistentes. En ella se deciden los asuntos de trámite y de menos importancia.

El término “cónclave” proviene del latín cum clave, que significa “con llave”. Hace referencia a la práctica de encerrar a los cardenales bajo llave para evitar presiones externas durante la elección de un nuevo pontífice​.

Los Cardenales se reúnen en cónclave para elegir al nuevo Romano Pontífice. El artículo 37 establece que comenzará 15 días después de la vacante de la Sede Apostólica, aunque el Colegio de Cardenales puede establecer otra fecha, que no puede retrasarse más de 20 días desde la vacante.

Para elegir al sucesor del Papa Francisco, se ha definido el 7 de mayo como el día del cónclave. 

De acuerdo con la agencia de noticias Zenit, en la mañana del 7 de mayo, todo el Colegio Cardenalicio concelebrará la Misa «Pro eligendo Pontifice» en la Basílica de San Pedro, presidida por el Cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio. En un excepcional y conmovedor momento de unidad, se dirigirán a la Capilla Sixtina cantando el antiguo himno «Veni Creator Spiritus», invocando la guía del Espíritu Santo. Dentro de la Capilla, los cardenales prestarán juramento de secreto antes de comenzar la votación.

Se requerirá una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo papa, con un máximo de cuatro votaciones diarias. Si la votación se extiende más allá del 33.º o 34.º escrutinio, será obligatoria una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados, aunque se mantendrá el requisito de dos tercios. Esos dos candidatos, en un acto de humildad, deberán abstenerse de votar en la ronda final.

Cuando llegue el momento decisivo, el Cardenal Diácono de mayor antigüedad convocará a los funcionarios y preguntará al recién elegido: «¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?» — ¿Acepta su elección canónica como Sumo Pontífice? — Si la respuesta es afirmativa, se pregunta: «¿Quo nomine vis vocari?» — ¿Con qué nombre será llamado? El nombre pontificio elegido pronto resonará en todo el mundo.

Mientras se queman las papeletas en la estufa tradicional de la Capilla, los fieles observarán con interés la chimenea en busca del humo blanco revelador.

Después de su elección, el nuevo Papa se retirará brevemente a la llamada «Sala de las Lágrimas» para revestirse con las vestimentas papales, confeccionadas en tres tallas, símbolo de preparación para un futuro impredecible.

Tras las oraciones y el homenaje de los cardenales, el «Te Deum» resonará en la Capilla, marcando el final del Cónclave. Poco después, el Cardenal Diácono de mayor antigüedad saldrá al balcón de la Basílica de San Pedro para pronunciar el histórico… «Habemus Papam», presentando al nuevo Papa que bendecirá la ciudad de Roma y el mundo exterior con el Urbi et Orbi.

El artículo 33 indica que «el derecho de elegir al Romano Pontífice corresponde únicamente a los Cardenales de la Santa Iglesia Romana, con excepción de aquellos que, antes del día de la muerte del Sumo Pontífice o del día en el cual la Sede Apostólica quede vacante, hayan cumplido 80 años de edad».

Actualmente, el Colegio cardenalicio está compuesto por 252 cardenales, de los cuales 135 son electores (tienen derecho a voto en el cónclave porque tienen menos de 80 años) y 117 son no electores (tienen 80 o más años). 

 

El Cónclave debe desarrollarse dentro del territorio de la Ciudad del Vaticano, en lugares y edificios determinados, cerrados a los extraños, de modo que se garantice una conveniente acomodación y permanencia de los Cardenales electores y de quienes, por título legítimo, están llamados a colaborar al normal desarrollo de la elección misma.

Se debe señalar la novedad que supone este artículo: hasta el presente, nunca se había prescrito de modo taxativo el lugar de celebración del Cónclave. La práctica indica la Capilla Sixtina, dentro del Vaticano, como lugar habitual del Cónclave.

El artículo 41 de la Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo prescribía que la elección del Papa se realiza en el Palacio Vaticano o, por razones particulares, en otro lugar. La indeterminación de lugar se debía a una razón de prudencia, si en Roma no se garantizaba la libertad de los Cardenales Electores.

Hasta la vigente Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, el Cónclave tenía un carácter de retiro espiritual físico, una verdadera clausura. La Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo, en su artículo 53 y 54, regulaba con detalle la clausura del Cónclave. 

El Cónclave sigue siendo un retiro, sin embargo. Y lo forman los Cardenales electores, pero la diferencia es que ahora no se delimita por unas estancias cerradas al mundo exterior, sino por la actitud de los Cardenales electores, que tienen prohibido el contacto con el mundo exterior. 

La primera tarde del cónclave sólo hay una ronda de votación, pero luego, los cardenales pueden votar hasta cuatro veces cada día.

Para elegir a un nuevo Papa se necesita una mayoría de dos tercios.

Cada cardenal emite su voto en una papeleta que dice, en latín: “Elijo como Sumo Pontífice a” y añade el nombre del candidato elegido.

Tres asistentes del camarlengo, los llamados escrutadores, cuentan los votos a medida que los leen en voz alta. Todas las papeletas se enhebran y se queman.

Desde la legislación canónica no hay ninguna imposición para ser elegido papa, por lo que se considera como requisito los propios del derecho divino para ser obispo, el cual es ser varón con pleno uso de razón. Desde hace siglos, en la práctica, el elegido ha sido un cardenal.

Una vez elegido, el Cardenal Decano pregunta al elegido si acepta su elección canónica como Sumo Pontífice. Si el elegido acepta, desde ese momento adquiere de hecho la plena y suprema potestad sobre la Iglesia universal. Una vez que ha aceptado, le pregunta el nombre por el que quiere ser llamado. Si el elegido no es Obispo, se procede inmediatamente a su ordenación episcopal.

Los Cardenales le rinden homenaje y le prestan obediencia. Después, el primero de los Cardenales Diáconos -es decir, el Cardenal Protodiácono- anuncia desde el balcón de la Basílica Vaticana al pueblo reunido en la plaza de San Pedro la elección del nuevo Papa, usando la tradicional fórmula: «Nuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!». Acto seguido, el nuevo Papa imparte la bendición Urbi et Orbi.

De acuerdo con el artículo 90, si el elegido se encuentra fuera de la Ciudad del Vaticano, «deben observarse las normas del mencionado Ordo rituum Conclavis»

Inicio del Cónclave

Miércoles 7 de mayo de 2025

Información sobre la Iglesia y el Papa

*Con información de Vatican.va, Agencia Zenit y Aciprensa.com