Vida religiosa y sacerdotal

«El cristiano, mediante los votos u otros vínculos sagrados […] hace una total consagración de sí mismo a Dios, amado sobre todas las cosas, de manera que se ordena al servicio de Dios y a su gloria por un título nuevo y especial.

[…] los consejos evangélicos, mediante la caridad hacia la que impulsan, unen especialmente con la Iglesia y con su misterio […]. De aquí nace el deber de trabajar según las fuerzas y según la forma de la propia vocación, sea con la oración, sea también con el ministerio apostólico, para que el Reino de Cristo se asiente y consolide en las almas y para dilatarlo por todo el mundo»

—Lumen Gentium, 44.

Pobreza

Somos un instituto religioso clerical de derecho pontificio, constituido por sacerdotes y candidatos al sacerdocio

Castidad

Pertenecemos constitutivamente a la familia espiritual y cuerpo apostólico del Regnum Christi

Obediencia

Formamos parte de la Federación Regnum Christi que se rige por sus propios estatutos

Nuestra vida conlleva una entrega total a Dios y a los hombres, en un cuerpo unido y organizado.

Experimentando el amor de Jesucristo,
los legionarios comprendemos y sentimos la urgencia de:

centrar toda nuestra existencia en Cristo por medio de un amor real, personal, viril y apasionado a Él.

vivir una caridad auténtica como Cristo la testimonia y la predica en su Evangelio.

anunciar a todos el amor misericordioso de Dios y llevarlos al encuentro redentor con Cristo.

Característica internacional

Nuestras comunidades están compuestas por miembros de diferentes nacionalidades para fomentar la unidad, ser un signo visible de comunión de vida evangélica y de la universalidad del Reino de Dios, lograr un mayor enriquecimiento personal y potenciar la labor apostólica por medio de la convivencia y el intercambio de los diferentes legados culturales.

Inserción en la
Iglesia particular

Los legionarios, en nuestros diferentes trabajos apostólicos, nos insertamos en la pastoral orgánica de la Iglesia particular y colaboramos con ella en la instauración del Reino de Cristo, saliendo al paso de las necesidades de la Iglesia universal y particular, en comunión con el Santo Padre y los obispos.

Hay tres rasgos de la identidad del
legionario que se pueden considerar esenciales:

un amor apasionado a la persona de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre.

una misión que le apremia y posee, es decir, que orienta e impulsa todos los actos de su vida.

una espiritualidad religiosa y sacerdotal, por la cual se pone al servicio de la Iglesia y del Regnum Christi con sentido de comunión.