«Entre mis retos, enamorarme cada vez más de Cristo para transmitir a los jóvenes mi amor a Él»
Entrevista al P. Sebastián Rodríguez, LC, director de la sección de jóvenes del Regnum Christi de Valencia
El P. Sebastián Rodríguez, LC, es un sacerdote chileno director de la sección de jóvenes del Regnum Christi de Valencia. Tiene 35 años y, aunque ahora está con jóvenes, fue el ecónomo del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, en Roma. Todo un cambio. Con 14 años entró al Centro Estudiantil y con 18 al noviciado. La Oficina de Comunicación del Regnum Christi en España ha hablado con él y nos ha transmitido su pasión por los jóvenes y por el Papa, nos ha contado cómo fue su llamada al sacerdocio (en medio de un examen de inglés…), o cómo es su vida de oración. Nos quedamos con una frase suya a la hora de definirse a sí mismo: ser un sacerdote legionario “que busca aportar a la sociedad a ese Cristo amigo que alguna vez le cautivó y que le pide transmitirlo donde quiera que esté, a través del trabajo y de su forma sencilla y alegre”.
¿Quién es el P. Sebastián?
Sacerdote Legionario de Cristo, chileno, con una familia maravillosa, que busca aportar a la sociedad a ese Cristo amigo que alguna vez le cautivó y que le pide transmitirlo donde quiera que esté, a través del trabajo y de su forma sencilla y alegre.
Cuando le dijeron “Valencia, España”, ¿qué sintió? ¿Miedo? ¿Ilusión? ¿Algo de vértigo?
Hubo dos momentos. Una primera consulta donde decidí esperar un poco más. Venía de una situación personal no fácil en Roma y vi conveniente esperarme antes de cambiar de trabajo. Cuando me lo preguntaron, creo que en mayo o junio de 2020, la situación difícil ya se había arreglado y entonces estaba en un momento de recobrar fuerzas para retomar lo perdido a nivel personal, pero al mismo tiempo, a nivel de trabajo apostólico me faltaba asentar con normativa y orden todo lo bueno que pudimos hacer en los cuatro años de trabajo en la administración del Ateneo. Pero hubo un segundo momento; volviendo de vacaciones comunitarias en agosto, me insistieron venirme a Valencia y ahí vi de inmediato la voluntad de Dios. Pedí que al menos me dieran dos meses para dejar ordenado lo que faltaba en el trabajo como ecónomo e instruir a mi sustituto seglar, y entre papeles y COVID, terminé llegando en noviembre de 2020 a Valencia.
¿Qué sentí? Felicidad, quizás me hubiera gustado un país más cercano a mi familia, pero sé que España, por la experiencia de haber estado en Barcelona de prácticas apostólicas, era un buen lugar para trabajar. Conocía a algunos de Valencia y por lo mismo viajé feliz sabiendo que iba a tener una buena experiencia y esta ilusión inicial se ha incrementado apenas aterricé en esta querida ciudad al ir conociendo a la gente.
¿Cómo es ahora su vida en comunidad? ¿Ha notado mucho el cambio de Roma a Valencia?
Pasé de una comunidad de casi 40 a una comunidad de 9 (con dos que no están viviendo con nosotros) más los dos precandidatos. Una gran ventaja era que conocía a todos los padres antes de llegar y al colaborador actual, Andrés, es excelente. Es una comunidad bastante joven, por lo tanto, me he sentido muy a gusto desde que llegué. ¿Cambios? Claro que ha habido. Ciertamente la comunidad de la Dirección General es diferente por el tipo de trabajo que en ella se realiza, aunque también fueron años muy bonitos donde aprendí y vi cómo hay tantos padres que están día y noche pensando y buscando el bien de la Legión y del Regnum Christi. La comunidad de la Dirección General también tuvo varios cambios comenzando por el superior y de varios miembros de la comunidad producto del último Capítulo General, y sin duda esos cambios en Roma me fueron ayudando para llegar mejor preparado a vivir la vida comunitaria que tengo en Valencia.
¿Cómo conoció a los legionarios de Cristo? ¿Qué fue lo que le atrajo?
Estudié en el Colegio Cumbres de Chile desde muy pequeño, por lo tanto, siempre tuve contacto con los legionarios. Me impactó su jovialidad, su amistad, cercanía y el transmitir a ese Cristo amigo, alguien real, que no nos deja solos y el sentir que tenemos como misión el transmitirle a los demás por medio del apostolado, siempre me llenó de ilusión.
¿Cómo fue la llamada que Dios le hizo? ¿Recuerda cómo y dónde le dijo usted que ‘sí’?
¿Cómo no recordarlo? Para mí fue en un lugar y momento concreto. A los 12 años estaba haciendo una prueba de inglés y en el momento en que estaba pensando qué responder, vi la ventana de la clase y pasó un hermano legionario por el pasillo. Era normal que pasaran, pero ese día me quedó una idea profunda en mi mente y la gran pregunta: ¿por qué no ser como ellos? Fue tan fuerte esa impresión que literalmente me dije: “Esta es una prueba más de las muchas que haré en mi vida, si hoy decido ser sacerdote, será algo para toda mi vida” y, acto seguido, dejé el examen así como estaba (no me pregunten la nota) y en el tiempo que quedaba me quedé pensando en ese posible llamado de Dios.
¿Qué es para usted ser sacerdote, religioso, y legionario de Cristo? ¿Y miembro del Regnum Christi?
Alguien que sepa transmitir a un Cristo amigo, cercano y al mismo tiempo, Rey soberano de todas las cosas. El sacerdote, por misión, debe tener tiempo para administrar los sacramentos, para rezar, para aconsejar, pero esto se le dificulta si piensa que lo puede hacer todo y si piensa que todo depende de él. Un sacerdote que trabaje, que haga mucho para que Cristo reine entre los hombres, sin dejar de encontrar tiempo para la oración y ser disponible para los demás. Un sacerdote, que por más cosas que tenga en su cabeza, pueda vivir tranquilo, sereno, confiado en la Providencia, buscando el Reino de Dios y su justicia. Un sacerdote que esté donde debe de estar, sea cual sea su misión, que sea responsable y que esté al pendiente de cómo ayudar a las almas por más escondida que esté su oficina.
Que sea hombre de vida contemplativa, pues de lo contrario, difícilmente podrá llevar a otros a lo que no viva ni tenga. Ser alguien que lea cada día el Evangelio, que lo medite, que lo estudie y que lo transmita en la predicación y en el vivir diario. Un sacerdote que sea capaz de pasar horas en el Confesionario ayudando a las personas a darse cuenta de cuánto los ama Dios y cómo es de misericordioso. Un sacerdote que esté dispuesto a atender en dirección espiritual al que lo necesite, sea quien sea, sin distinción de personas; un sacerdote que sea capaz de ponerse en cuclillas o sentarse junto a un mendigo para saludarlo. Parafraseando al Papa Francisco, un sacerdote con “olor a oveja”. Buscar salir de uno mismo, de sus intereses personales, de su “parcela apostólica”, para estar atento a todas las personas.
Uno no puede ir corriendo de un lado a otro dando la impresión de que “a mí no me molesten, estoy ocupado”; al contrario, dedicar tiempo para saludar, detenerse, sentarse de vez en cuando con diversos grupos. Que el trato entre personas del Movimiento sea natural, no algo forzado; debe haber una cercanía real y sincera, compartir la vida con un trato sencillo y humano. Un sacerdote que forme formadores y que deje hacer; los laicos están esperando que les soltemos las riendas, debemos lanzar apóstoles, encauzarlos a evangelizar y a llevar apostolados. ¡Qué bien se trabaja cuando se involucra a los seglares!
¿Cuál ha sido el papel de su familia en su vocación?
Primordial. Con mi familia siempre he tenido una cercanía impresionante. Los amo muchísimo y para mí es fundamental sentirlos cercanos y apoyándome. La lejanía física que conlleva esta vocación legionaria ha sido para mí la piedra en el zapato, pero gracias a Dios siempre hemos podido estar cerca a través de los medios de comunicación actual. Ellos me han apoyado desde el inicio, incluso hubo una negativa para entrar a la apostólica a los 12 años, pero ahí siempre he visto a Dios, pues Él me quería para el Centro Estudiantil que aún no se fundaba en Chile. Dios tenía todo pensado y con esa negativa me di cuenta que la vocación también es para y a través de la familia.
¿Cómo es su vida de oración? ¿Qué le dice Dios?
Es una relación de tú a tú, sencilla, sin tanto recoveco. Jesucristo es mi amigo y, por lo tanto, hablo con él en la Capilla, pero también mientras camino, estudio, como o hago deporte. Es alguien que siempre está al lado mío, y por lo tanto, cualquier comentario o frase hacia él ya es para mí una oración. ¿Qué me dice? Pues depende el momento y el día, pero algo que me repite mucho es Su amor por mí y por los hombres y cuán grande es Su misericordia.
Cuando necesita volver a una experiencia para agarrarse y profundizar la vocación a la que Dios le ha llamado, ¿dónde va? (metafóricamente, quiero decir).
A esa prueba de inglés y donde fui inmediatamente después que acabara esa clase: la capilla del colegio donde salí con una idea clara de que Dios me quería sacerdote.
Cuando se trabaja con jóvenes, como en su caso, ¿se reza más? ¿o diferente? ¿qué le pide a Dios?
Como comenté arriba, venía de una situación no tan agraciada en Roma, por lo tanto, es fácil decir que ahora rezo bastante más. Pero a pesar de eso, sí, rezo, pido a Dios por cada uno de los jóvenes que me ha dado, rezo para que sean felices, rezo por sus familiares, rezo para que estén cerca de Dios, rezo para que encuentren el verdadero camino donde Dios les quiera llamar. Mis oraciones se concretan en nombre y apellidos y el poder ofrecer las misas por ellos es un regalo que Dios me da cada día.
En su trabajo, con los chicos y las chicas del Regnum Christi de Valencia, ¿qué retos encuentra? ¿Qué objetivos se han marcado usted y ellos juntos?
En primer lugar, no desentonar, buscar ser un faro de luz para ellos que los lleve a Cristo. Ciertamente tengo mucho que aprender de los jóvenes y de cada miembro del Regnum Christi. Debo buscar enamorarme cada vez más de Cristo para luego poderles transmitir a ellos mi amor a Él. Todo esto lo veo como una cosa de tiempo, unida obviamente a la Gracia de Dios.
¿Qué objetivos me he marcado y junto a ellos? Pues quiero ayudarlos a ser mejores, a ser santos, a ser apóstoles y que sientan el Regnum Christi como un estilo de vida; que lo amen, que se entreguen a sus apostolados, que organicemos eventos juntos, apostolados, jornadas de formación, todo para hacer que nosotros crezcamos en nuestro amor a Cristo, podamos dar gloria a Dios y podamos transmitirle a Él de la mejor forma en esta sociedad.
Hay muchas personas que, aunque no le conocen a usted personalmente, están suscritas a un grupo de distribución mensual en el que usted difunde las audiencias y los principales mensajes del Papa. ¿Cómo nació esta iniciativa? ¿Cuántas personas tiene en su lista de distribución? ¿Qué les aporta usted de específico que no vayan a encontrar en la web de la Santa Sede o en Vatican News?
Llevo años con este apostolado. En el año 2009 (cuando comenzaba filosofía en USA), buscando mantener cercana a mi familia y a las personas que me iban conociendo, preparaba un boletín mensual con fotografías de mis actividades y publicaba un artículo de diversos temas. Luego esa lista fue creciendo porque veía positivo que más gente se beneficiara conociendo más a fondo la vida en el seminario. Cuando llegué a Roma, comencé en septiembre del 2013 a incorporar en ese boletín mensual un resumen de las Audiencias de los miércoles del Papa Francisco. ¿Qué me diferencia con otras publicaciones? Más que un resumen, lo que mando es una antología de textos, para que la gente lea frases textuales de lo que va diciendo el Papa.
En agosto 2014, luego de mis Ejercicios Espirituales de mes, recibí la invitación de Dios de no sólo hacer el “resumen” de las audiencias de los miércoles, sino de todos los discursos del Papa y fue así como en septiembre 2014 comencé a enviar por separado el boletín y los textos del Papa. En abril de 2015 comencé el envío de los discursos del Santo Padre cada 10 días y desde entonces, lo he buscado enviar puntualmente. Actualmente son cerca de 1.700 los que lo reciben directamente de mí, aunque he sabido que algunos de ellos luego lo reenvían a otros, por lo tanto, no sabría decir el número exacto.
Por último, la motivación de hacer esto es triple: primero incrementar mi amor a las enseñanzas del Santo Padre. Segundo, promoverlas, como me piden las Constituciones de la Legión de Cristo: “Adhiéranse con amor filial al Romano Pontífice, estudien y divulguen sus enseñanzas, llevan a la práctica no sólo sus mandatos, sino también sus orientaciones, promuevan sus iniciativas y defiendan con valor el carisma de su primado y magisterio” (CLC 14, n.2). Y la tercera motivación, que también se ve reflejada en ese mismo número: “Defiendan”, pues tantas veces algunos medios de comunicación sacan de contexto algunas frases de los Papas y el hecho de leer todo me ayuda para recordar si lo dijo o no lo dijo y ayudar a tantas personas que a veces me escriben para salir de la duda y es cuando siempre les pregunto: “¿Lo leíste en un titular o en la página del Vaticano?”, y efectivamente se encuentran con la sorpresa cuando les he podido enviar la cita exacta de cuando lo sacan de contexto o, como ha pasado, la cita posterior donde el Papa se ha explicado mejor sobre lo que había dicho anteriormente, cosa que difícilmente lo vemos luego en los medios de comunicación retractándose o explicando el contexto.
(Si se quiere recibir este resumen basta inscribirse en este enlace).
¿Qué destacaría del papa Francisco? ¿Qué ha descubierto de él al atravesar día a día su pensamiento, sus palabras, sus discursos?
Su sencillez y su cercanía a la gente. Un Papa que ha sabido ser querido por el simple hecho de acercarse a todos, sin distinción de personas. Alguna vez lo vemos saludando en la Plaza San Pedro, otra dentro de una cárcel, luego con un presidente y posteriormente en la casa de una persona emblemática o saludando a los pobres de Roma o del país que visite. Un Papa que se hace cercano a todos, pero al mismo tiempo es capaz de tratar temas profundos de una forma clara, valiente y directa ante personas u organizaciones importantes, haciendo reflexionar y haciendo partícipes a los laicos, hombres y mujeres, resaltando el importante rol que tienen ambos para la Iglesia.
¿Se inspira para su predicación y su apostolado en las palabras del Papa Francisco?
Sí, muchas veces lo cito en mis predicaciones. Ciertamente me gustaría tener más tiempo para tener los discursos más ordenados para encontrar frases o temáticas, lo he pensado, pero bueno, eso lo tengo como proyecto y si me da la vida, lo haré en algún momento.
Pim, pam, pum
- El pasado: es pasado y se aprende de él.
- El presente: oportunidad y desafío.
- El futuro: ilusión por ver que Cristo Reine más que antes.
- Los otros: Cristo
- Chile: gran país.
- Valencia: RC Jóvenes.
- Las fallas: incógnita
- Laico: miembros fundamentales de la Iglesia.
- Comunión: Cristo Amigo.
- Administrar: orden y transparencia.
- APRA: trampolín de apóstoles.
- Papa: olor a oveja.
- WhatsApp: cercanía.
- Legionario de Cristo: amor personal a Cristo.
- Consagrada: hermana.
- Laico consagrado: compañero.
- Jesús: el gran Amigo.
- Hermanos: Titi, Nacho y Benja, los mejores.
- Un lugar del mundo: Chile.
- Amistad: sostén de mi vocación y de mi vida.
- Mascotas: Larry y ahora Minnie.
- Fidelidad: necesaria.
- Madrugar: aprovechar el tiempo.
- Sección de jóvenes: apóstoles de Cristo.
- Trabajo: responsabilidad.
- Iglesia: laicos, sacerdotes y personas consagradas.
- COVID: desafío.
- Sufrimiento: oportunidad para el amor.
- Vida: bendición.
- Apostolado: amor y entrega a los demás.
- Una canción: Un amico è così.
- Un libro: la Biblia.
- Su número favorito de los Estatutos del Regnum Christi: 10: un estilo de entrega.
- Su número favorito de las Constituciones de los Legionarios de Cristo: 2: fin de la Congregación.
- Su santo favorito: Madre Teresa de Calcuta o San Juan Pablo II.